/ viernes 13 de septiembre de 2024

Justicia con democracia

Cuando Andrés Manuel López Obrador, respaldado por millones de mexicanas y mexicanos, llegó a la Presidencia de la República con la victoria democrática del 2018, sabíamos que sería un sexenio de muchos retos, pero, sobre todo, sabíamos que, por primera vez en los últimos 40 años, podíamos gozar de una auténtica democracia.

Al término de este sexenio, ya con una presidenta electa, como Claudia Sheinbaum Pardo, lista para asumir el cargo, la democracia ha llegado a un nivel más profundo, pues las mexicanas y los mexicanos hemos impulsado con toda seguridad la democracia ahora en el Poder Judicial.

Fueron varias encuestas, varios sondeos, porque no podíamos caminar sin tomar en cuenta la opinión del pueblo y, en todos, el resultado era contundente: el pueblo quería que ministros, magistrados y jueces fueran electos en democracia y no por la voluntad de la élite política.

Y aunque esa minoría que sostuvo en todo momento su resistencia a la Reforma al Poder Judicial siga pretendiendo engañar al pueblo, diciendo que está en riesgo la soberanía del país y que nos enfilamos a una dictadura, no hay nada más falso que esos argumentos.

Ante la mayoría de las y los mexicanos, el Poder Judicial no cumple con su función de garantizar el acceso a la justicia, sino que se tiene una percepción de que es un poder elitista, que nos cuesta muy caro y es hasta corrupto.

Esas opiniones, esa percepción son las que llevaron a la gran mayoría del pueblo de México a respaldar esta reforma y que solo un pequeño grupo fuera el que levantara la voz en oposición a la reforma.

A diferencia de otros sexenios, su libertad de manifestación se respetó en todo momento, no hubo represión, pero tampoco el Senado de la República y el Congreso de la Unión cedieron a las presiones y chantajes.

Tan bienvenida es la reforma que, en solo dos días, 17 estados de la República aprobaron el cambio constitucional sin mayores aspavientos, sin más resistencias, al contrario, con total alegría y hasta por unanimidad, como en el caso de Oaxaca.

Esto es clara muestra de que en Morena mandamos obedeciendo, es decir, ejercemos el poder solo para el beneficio de la mayoría, no para el gusto de unos cuantos, que querían seguir promoviendo jueces, magistrados y ministros, por acuerdos políticos.

Guanajuato, en particular, es un ejemplo nacional sobre las dudas que despierta el actual sistema judicial, pues existe la clara percepción de que los delincuentes, son beneficiados por los impartidores de justicia y logran burlar la ley en total impunidad.

Eso sin contar, los amparos que promovían contra las reformas que, en total legalidad, aprobaba el poder legislativo, debilitando así a las instituciones y al estado de derecho, porque lo que queremos es que de verdad se respete la ley y se cumpla con la impartición de justicia que el pueblo de México merece.

Así que, a partir del 15 de septiembre, una vez que se publicado en el Diario Oficial de la Federación, podremos dar paso a una nueva etapa para nuestro país, en la que será el pueblo mediante el voto democrático, el que decida en quienes pone la responsabilidad de la impartición de justicia, porque en la Cuarta Transformación, con el pueblo todo, sin el pueblo nada.

Presidenta del Comité Ejecutivo Estatal de Morena Guanajuato

@79adrix