Por Jorge Omar López Martínez y Pedro Antonio Macario Mendoza (Ecosur)
Laguna Om, un ejido forestal de grandes dimensiones que se encuentra en el municipio de Othon P. Blanco, Quintana Roo, y entre dos grandes reservas de la biosfera (Sian-Ka’an y Calakmul), se convertirá en la primer Área Destinada Voluntariamente a la Conservación (ADVC) en Quintana Roo, un programa de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas(Conanp).
Los pobladores de este ejido, que desde su fundación han tenido como principales actividades económicas la silvicultura tropical, la extracción de chicle y la agricultura tradicional por roza, tumba y quema, decidieron en diciembre pasado destinar 35 mil hectáreas de bosque tropical, de las 84 mil que poseen, como reserva voluntaria para la conservación y el aprovechamiento sustentable.
En este “macizo” forestal existen dos grandes comunidades vegetales, selva mediana subperenifolia y selva baja inundable. De acuerdo a estudios científicos, hay aproximadamente 150 especies de árboles, nueve de las cuales están en alguna categoría de riesgo, según la Norma Oficial Mexicana 059-SEMARNAT-2010, y 21 especies de mamíferos. Se considera además que Laguna Om tiene un importante papel en los procesos ecosistémicos por ser un “corredor conector” para las poblaciones de flora y fauna de la región además de ser un reservorio de carbono.
Desde 2001, investigadores de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) iniciamos diversos trabajos en el ejido, que van desde entender la dinámica de la sucesión secundaria —los cambios ocurridos en la vegetación a través del tiempo—, hasta la restauración de ecosistemas y la determinación del estado poblacional de especies de fauna (Ecosur y UNAM, Laboratorio de Ecología y Conservación de Fauna Silvestre).
A partir de 2014, con apoyo de laComisión Nacional Forestal ( Conafor), desarrollamos un proyecto para recuperar 600 hectáreas de selva que están afectadas por el helecho Pteridium aquilinum, una de las principales especies invasoras en el mundo, y actualmente evalúamos su influencia en los procesos de sucesión secundaria.
Asimismo, con el objetivo de generar una metodología interdisciplinaria que incluya el análisis de las características socioambientales de mosaicos de uso de la tierra con la definición de indicadores de adaptabilidad al cambio climático en el medio rural,investigadores de Ecosur y Cátedras-Conacyt trabajamos en el ejido Laguna Om y en otros ejidos de sureste de México —Chilil, Chiapas, y Comalcalco, Tabasco— en el proyecto transdisciplinario “Estudio de la Adaptación al Cambio Climático”,financiado por el Conacyt.
Cabe destacar que además de los proyectos de investigación antes mencionados, en Laguna Om se han desarrollado varios programas gubernamentales con énfasis en el manejo sustentable y estrategias para la mitigación del cambio climático, entre ellos, la implementación de una Unidad de Manejo de Vida Silvestre (UMA), registrada como “Sendero interpretativo para observación de flora y fauna”, y en los Programas de Pago por Servicios Ambientales Concurrentes y de Pago por Servicios Ambientales por Protección a la Biodiversidad, que financia la Conafor.
Sabemos que la participación comunitaria constituye un elemento clave para la conservación de la biodiversidad, debido a que toma en cuenta el conocimiento ancestral así como la cosmovisión y las necesidades de los poseedores del recurso. Desde hace algunas décadas se tienen ejemplos exitosos de este esquema en ejidos de Durango, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Quintana Roo, por mencionar algunos.
Asimismo, ha sido ampliamente documentado que sin la conservación de los procesos ecosistémicos la calidad de vida de las poblaciones humanas está seriamente comprometida. Los pobladores de este ejido de Quintana Roo lo comprenden y están demostrando la importancia de regresar a los orígenes, de volver al paradigma del respeto a la naturaleza para disfrutar de los bienes y servicios que nos ofrece.
Los pobladores de Laguna Om tienen claro que sus bosques y la conservación de especies maderables como caoba, cedro, zapote, y de animales como el jaguar, tapir, jabalí, entre muchas otras, es clave en la lucha contra el calentamiento global y en los procesos y servicios ecosistémicos. Las decenas de especies de abejas silvestres, aves y mamíferos que coexisten en este ejido son necesarias para el adecuado funcionamiento de los ecosistemas naturales y agrícolas.
La creación de las áreas destinadas voluntariamente a la conservación es una estrategiade la Conanp ante los esquemas tradicionales de conservación, y la decisión de Laguna Om de destinar voluntariamente 35 mil héctareas de bosque tropical a la conservación no es pecata minuta en Quintana Roo, ya que representa el destino de esta área y la esperanza de contribuir a mitigar el cambio climático.
El programa se encuentra en fase inicial en Quintana Roo y se pretende que el ejido Laguna Om sea pionero en su implementación en dicha entidad, lo cual ocurrirá una vez que se le expida su certificado, el cual tendrá una vigencia de 15 años.
Laguna Om es un ejemplo de compromiso ambiental por parte de sus pobladores y de la importancia de formar vínculos entre la academia, las agencias gubernamentales y la sociedad para avanzar en temas prioritarios como la conservación de procesos ecosistémicos que mantienen la vida en el planeta.
Autores
El doctorJorge Omar López Martínezes catedrático de Conacyt y el doctorPedro Antonio Macario Mendoza es investigador titular A, ambos adscritos alDepartamento de Agricultura, Sociedad y Ambientede la Unidad Chetumal de El Colegio de la Frontera Sur(Ecosur). Correos de contacto, lmjorgeomar@gmail.com y pmacario@ecosu.mx, respectivamente.
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