/ martes 21 de mayo de 2024

Los jóvenes [no] van a votar

El futuro político de México está en manos de sus ciudadanos, pero parece que hay una generación que está dejando de lado su voz en las urnas. ¿Por qué los jóvenes no votan en estas elecciones? Esta pregunta no tiene una respuesta simple, pero explorar algunas razones puede ayudar a entender este fenómeno.

En primer lugar, la desconexión entre los jóvenes y la política es palpable. Muchos de ellos se sienten alienados por un sistema político que perciben como corrupto, ineficiente y distante de sus preocupaciones cotidianas. Muchos jóvenes perciben que la política está dominada por una élite que no los representa ni aborda sus preocupaciones. Se sienten excluidos de un sistema que parece privilegiar los intereses de unos pocos, en lugar de atender las necesidades de la población en general.

Esta percepción se ve agravada por la falta de líderes políticos que puedan inspirar a los jóvenes y conectar con sus realidades. La ausencia de figuras carismáticas y auténticas dentro de la política contribuye a la sensación de desapego y desconfianza entre los jóvenes, quienes buscan líderes que realmente reflejen sus valores y aspiraciones.

Además, la complejidad del sistema político puede resultar abrumadora para muchos jóvenes. La burocracia, los trámites complicados y el lenguaje técnico utilizado en la política pueden actuar como barreras que dificultan su participación. La falta de educación cívica también juega un papel importante, ya que muchos jóvenes no tienen una comprensión clara de cómo funciona el sistema político y cómo pueden influir en él.

Por otro lado, la influencia de las redes sociales y los medios de comunicación también puede contribuir a la desconexión entre los jóvenes y la política. Si bien estas plataformas ofrecen un espacio para el intercambio de ideas y la movilización social, también pueden propagar la desinformación y el cinismo político, lo que aleja a los jóvenes aún más del proceso democrático.

Además, la brecha digital y educativa también desempeña un papel importante. A pesar de los avances en tecnología y acceso a la información, aún hay jóvenes que carecen de los recursos necesarios para entender el proceso electoral y la importancia de su participación.

La desconfianza en las instituciones también es un factor determinante. Los escándalos de corrupción y los abusos de poder han minado la credibilidad de los partidos políticos y las autoridades electorales, lo que lleva a muchos jóvenes a cuestionar la legitimidad del sistema democrático en su conjunto. ¿Por qué votar en un sistema que parece estar en su contra?.

Hace unos días tuve el gusto de conversar con una chica encantadora que está convencida en no votar en estas elecciones. Ella es madre, tiene tres trabajos y habla perfecto inglés y aún con estos esfuerzos, tiene carencias básicas en su hogar, como agua o incluso una cama. Sus razones son contundentes: ella está convencida que su voto no hace ninguna diferencia, que ningún partido o político le representa y ninguno está consciente de la problemática que viven las y los jóvenes hoy en día. ¿Por qué votaría por un o una desconocida que no le ha ofrecido soluciones a sus verdaderos problemas? Así mismo, ella está consciente que existen programas o servicios a los cuales pueden acceder unos cuantos jóvenes, sin embargo, la mayoría como ella trabajan todo el día y no pueden, aunque quisieran, involucrarse en la dinámica de acceso a ciertas oportunidades.

Ella, como sus colegas, están convencidos que no votarán y esta apatía, justificada o no, se expande como pólvora en la juventud.

La falta de incentivos para votar también contribuye a la baja participación juvenil en las elecciones. Muchos jóvenes no ven cómo su voto puede marcar una diferencia real en sus vidas, especialmente cuando las promesas de campaña rara vez se traducen en acciones concretas una vez que los políticos llegan al poder.

Esta situación es una gran red flag en este proceso electoral, pues las y los candidatos han estado trabajando por convencer a los indecisos, en donde están incluidos los jóvenes, un gran porcentaje, que será definitorio en el proceso.
Es crucial que los jóvenes comprendan que su participación en el proceso electoral es fundamental para construir un futuro más justo y equitativo para todas y todos. El voto es una herramienta poderosa para expresar sus demandas y demandar cambios significativos en la sociedad. Si los jóvenes quieren que su voz sea escuchada, deben levantarse y ejercer su derecho al voto, no solo como un deber cívico, sino como un acto de empoderamiento y resistencia contra un sistema que parece estar en su contra.
Revélate y vota.

Analista Político
@israguileramx
www.israelaguilera.mx

El futuro político de México está en manos de sus ciudadanos, pero parece que hay una generación que está dejando de lado su voz en las urnas. ¿Por qué los jóvenes no votan en estas elecciones? Esta pregunta no tiene una respuesta simple, pero explorar algunas razones puede ayudar a entender este fenómeno.

En primer lugar, la desconexión entre los jóvenes y la política es palpable. Muchos de ellos se sienten alienados por un sistema político que perciben como corrupto, ineficiente y distante de sus preocupaciones cotidianas. Muchos jóvenes perciben que la política está dominada por una élite que no los representa ni aborda sus preocupaciones. Se sienten excluidos de un sistema que parece privilegiar los intereses de unos pocos, en lugar de atender las necesidades de la población en general.

Esta percepción se ve agravada por la falta de líderes políticos que puedan inspirar a los jóvenes y conectar con sus realidades. La ausencia de figuras carismáticas y auténticas dentro de la política contribuye a la sensación de desapego y desconfianza entre los jóvenes, quienes buscan líderes que realmente reflejen sus valores y aspiraciones.

Además, la complejidad del sistema político puede resultar abrumadora para muchos jóvenes. La burocracia, los trámites complicados y el lenguaje técnico utilizado en la política pueden actuar como barreras que dificultan su participación. La falta de educación cívica también juega un papel importante, ya que muchos jóvenes no tienen una comprensión clara de cómo funciona el sistema político y cómo pueden influir en él.

Por otro lado, la influencia de las redes sociales y los medios de comunicación también puede contribuir a la desconexión entre los jóvenes y la política. Si bien estas plataformas ofrecen un espacio para el intercambio de ideas y la movilización social, también pueden propagar la desinformación y el cinismo político, lo que aleja a los jóvenes aún más del proceso democrático.

Además, la brecha digital y educativa también desempeña un papel importante. A pesar de los avances en tecnología y acceso a la información, aún hay jóvenes que carecen de los recursos necesarios para entender el proceso electoral y la importancia de su participación.

La desconfianza en las instituciones también es un factor determinante. Los escándalos de corrupción y los abusos de poder han minado la credibilidad de los partidos políticos y las autoridades electorales, lo que lleva a muchos jóvenes a cuestionar la legitimidad del sistema democrático en su conjunto. ¿Por qué votar en un sistema que parece estar en su contra?.

Hace unos días tuve el gusto de conversar con una chica encantadora que está convencida en no votar en estas elecciones. Ella es madre, tiene tres trabajos y habla perfecto inglés y aún con estos esfuerzos, tiene carencias básicas en su hogar, como agua o incluso una cama. Sus razones son contundentes: ella está convencida que su voto no hace ninguna diferencia, que ningún partido o político le representa y ninguno está consciente de la problemática que viven las y los jóvenes hoy en día. ¿Por qué votaría por un o una desconocida que no le ha ofrecido soluciones a sus verdaderos problemas? Así mismo, ella está consciente que existen programas o servicios a los cuales pueden acceder unos cuantos jóvenes, sin embargo, la mayoría como ella trabajan todo el día y no pueden, aunque quisieran, involucrarse en la dinámica de acceso a ciertas oportunidades.

Ella, como sus colegas, están convencidos que no votarán y esta apatía, justificada o no, se expande como pólvora en la juventud.

La falta de incentivos para votar también contribuye a la baja participación juvenil en las elecciones. Muchos jóvenes no ven cómo su voto puede marcar una diferencia real en sus vidas, especialmente cuando las promesas de campaña rara vez se traducen en acciones concretas una vez que los políticos llegan al poder.

Esta situación es una gran red flag en este proceso electoral, pues las y los candidatos han estado trabajando por convencer a los indecisos, en donde están incluidos los jóvenes, un gran porcentaje, que será definitorio en el proceso.
Es crucial que los jóvenes comprendan que su participación en el proceso electoral es fundamental para construir un futuro más justo y equitativo para todas y todos. El voto es una herramienta poderosa para expresar sus demandas y demandar cambios significativos en la sociedad. Si los jóvenes quieren que su voz sea escuchada, deben levantarse y ejercer su derecho al voto, no solo como un deber cívico, sino como un acto de empoderamiento y resistencia contra un sistema que parece estar en su contra.
Revélate y vota.

Analista Político
@israguileramx
www.israelaguilera.mx