Rodeada de sus amigas y seres queridos, María Dolores Solís Conejo disfrutó de una inolvidable y divertida fiesta, en la que celebró la llegada de sus 86 años de vida.
La fiesta fue organizada por sus hijos, María Luisa, Miguel, Isidoro, Amalia, María de la Luz, Genaro, Martiniano, Francisco Javier, Israel y Carlos Erick Cano Solís, en un salón de fiestas.
Poco antes de la reunión, la feliz cumpleañera, acompañada de sus seres queridos se postró ante Dios para darle gracias por su cumpleaños, mediante emotiva ceremonia religiosa desarrollada en el Templo de San Gonzalo.
Más tarde, muy contenta la emocionada festejada recibió la visita de seres queridos y amigas, mismos que la felicitaban y le hacían entrega de varios regalos que fueron de su agrado.
Por su parte los anfitriones, mandaron preparar varios platillos, botanas y bebidas que degustaron la cumpleañera y los invitados.
Lolita, como cariñosamente le dicen y sus amigas cantaron varias melodías de su preferencia en el karaoke que los anfitriones llevaron para hacer de la fiesta una gran diversión.
Los brindis y los buenos deseos no se hicieron esperar en honor a la festejada, quien con gran emoción apagó las velitas de su pastel, mientras escuchaba las mañanitas, después repartió una rica rebanada a cada uno de los presentes.
En la animada reunión la acompañaron, su hermana, Elvira Solís Conejo, nueras, yernos, nietos, bisnietos y muchas amigas.
Una tarde-noche llena de música, abrazos y buenos deseos disfrutó Lolita en el festejo de sus 86 años de vida, donde pasó momentos muy agradables y emotivos que jamás olvidará.