Irapuato, Gto.- El museo de la ciudad de Irapuato, es un recinto cultural que cada vez ha aumentando su acervo histórico, además es un lugar que vale la pena visitar y conocer sus exposiciones temporales y permanentes.

Esta casona fue de José Leandro Barreto de Tabora en 1776-1796 y fue edificado conforme a las tendencias del barroco en el bajío de finales del siglo XVIII.

La construcción fue edificada de la siguiente manera cuenta con recamaras, oficinas, capilla, cocina, comedor, corrales, pesebres, troje, pozo, aljibe pluvial, corredores adornados con arquería entra principal y de servicio.

En 1796 muere José Leandro Barreto y esta casa pasa hacer ocupada por familias foráneas y posteriormente locales, hasta que finalmente el 16 de diciembre de 1988 en forma oficial fue inaugurada como sede del Museo de la Ciudad.

Sobre los mitos y leyendas de esta casa

Esta construcción también es conocida como la “Casa de la Santa Inquisición” que posteriormente fue desmentida esta creencia en base a investigaciones historias de la propiedad, pero aún así la población la sigue identificando como tal.

Se dice que este museo también tiene su lado paranormal ya que han sucedidos hechos inexplicables a trabajadores y visitantes que han acudido a este recinto cultural.

Se dice que la sala de Armas y el pasillo de la arquería de la planta alta, es la que más actividad extraña tiene, ya que algunos visitantes han visto a una persona de estatura alta que ronda por este lugar, pero lo raro de esto no es el momento cuando lo ven, sino cuando ven la foto de este personaje que se encuentra en la entrada de esta sala de exhibición quien falleció en 1994 y quien fuera el propietario de todas estas armas.

Otro de sitio es donde están las escaleras de caracol, en este lugar comentan los trabajadores que se escucha que bajan o suben las escaleras constantemente, aunque está es una área restringida.

Otra de los lugares donde han visto pasar personas y no salir es donde se encuentra un pasillo muy angosto inclusive se escucha que llaman a los trabajadores por su nombre y ellos al responder al llamado no ven a nadie.

Aunque también se cuenta un mito que en una ocasión una mamá acudió en compañía de su pequeña hija a ver la exposición de fotografías de difuntos ya estando en dicho lugar, su hija acude a otra sala y en ese momento se encuentra con un señor y empiezan a platicar por breve momento con él, posteriormente se despide la niña del señor y pasa a la sala donde se encontraba su madre y en ese momento le dice con quien platicabas -tal fue el asombro de la niña que le señaló con ese señor de la foto-, en ese momento agarra a su hija y sale rápido del lugar.

También vecinos colindantes con el museo, han comentado que en ocasiones en las noches se escucha llorar o que están jugando niños en el segundo patio, aunque los vigilantes comentan a estas personas cuando les preguntan por esto, les comentan que ellos no están autorizados para llevar familiares en la noche a este lugar por seguridad.

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Muchas son las experiencias paranormales que se dicen de este lugar, aunque hay personas que no son susceptibles a este tipo de sucesos.

Por lo general para la mayoría de los visitantes, les ha sido grato visitar y conocer las exposiciones, sin llegar a tomar en cuenta estos casos.