Luis Mata Cárdenas, icono del boxeo en Salamanca

En la Ciudad de México fue sparring de diversos campeones mundiales

Miguel Manjarrez / El Sol de Salamanca

  · lunes 8 de abril de 2024

A lo largo de cinco décadas Luis Mata Cárdenas se ha dedicado a la formación de nuevos talentos deportivos. / Fotos: Miguel Manjarrez / El Sol de Salamanca

Con aquella misma chispa, gusto y pasión con la cual a sus 13 años emigró a la Ciudad de México, con el sueño de convertirse en boxeador profesional, Luis Mata Cárdenas, desde hace cinco décadas transmite su experiencia y conocimientos a nuevas generaciones de pugilistas amateurs y profesionales, además de impulsar, promover y difundir la práctica de esta disciplina deportiva bajo el slogan “mente sana, en cuerpo sano”.

Una operación de la vista, biopsias de pulmón y sin un riñón que recientemente le retiraron por un problema congénito, todo eso no ha detenido al ex pugilista profesional, aquel niño de 13 años de la comunidad de El Divisador, que con sólo unos centavos en la bolsa decidió a irse a probar a la Ciudad de México a probar suerte.

“Me fui a México por la comezón del boxeo, quería ser igual que el zurdo de oro, Vicente Saldívar, de pequeño escuchaba las peleas de box en radio de dos pilas, no teníamos luz, mucho menos televisión, éramos de escasos recursos económicos”, contó a El Sol de Salamanca.

Gracias a sus enseñanzas diversos talentos han surgido de la Escuela de Box El Campeón.

Agregó que a los ocho años comenzó a practicar el box con un costalito de arena donde venía la semilla del trigo, que era lo que sembraba su familia “y lo llenaba de arena, ahí empecé a dar mis primeros golpes de manera lírica; un día, viendo cómo mi abuelo amarraba vendas a los caballos en las patas para que no se lastimaran, le pedí me regalara unas para ponerlas en mis manos y sin saber cómo iban, me las comencé a poner rústicamente, como Dios me dio a entender, inmediatamente sentí diferente, protección en la mano”.

A la Ciudad de México lo invitó a probarse José Luis López, “La Coneja”, manager de “Chucho” Castillo, campeón del mundo, pues él lo vio en León, en la arena Isabel, donde le gustó su estilo.

Sin distinción promueve la práctica del Box en la Escuela de Box El Campeón.

“A la ciudad de León me llevó a competir Pedro Rodríguez, proveniente de Gómez Palacio, Durango, él llegó a Salamanca en el tiempo que se estaba haciendo la Termoeléctrica y puso un gimnasio en la calle Juárez, un día yo aparecí por ahí, luego, luego, me dijo ‘aquí hay madera para campeón’”.

Entre los 11 y 12 años, Luis Mata Cárdenas, a bordo de su bicicleta, se trasladaba de la comunidad de El Divisador a la cabecera municipal, con el sueño de ser boxeador profesional.

“Así fui creciendo, hasta que me invitaron a probarme a la Ciudad de México; antes de irme, Pedro Rodríguez me regaló unos guantes con los que él boxeo, así como una careta, concha y mallas, me fui con unos centavos en la bolsa y con la bendición de mi mamá y mi papá, ella solo me dijo ‘nada más acuérdate a lo que vas", destacó Luis Mata.

En la Ciudad de México estuvo 13 años viviendo y gracias a su carisma y sueños por realizar encontró quien le tendiera la mano. Estuvo entrenando en el gimnasio Jordán, legendario templo del boxeo en México, ahí estaban todos los campeones mundiales welter.

Como boxeador profesional, Luis Mata Cárdenas, acumuló 22 peleas, ganó 20 y perdió dos.

“Por mucho tiempo estuve entrenando con puros campeones y ex campeones mundiales, estuve viviendo en un barrio de muchas tentaciones, sin embargo, siempre tuve presente el consejo de mi mamá, así que me hice de la frase, mente sana, en cuerpo sano”.

Entonces llegó el momento de su debut como boxeador profesional, lo hizo con un triunfo en la arena Coliseo, hizo 22 peleas, de las cuales ganó 20 y perdió dos.

En la Ciudad de México tuvo la oportunidad de hacer sparring con boxeadores como Rubén Olivares, Chucho Castillo, Rafael Herrera, Rodolfo Martínez, Julio Guerrero, Pipino Cuevas, Mantequilla Nápoles, José Palacios, Eruvien Chapin, “El Chango” Carmona, entre otros.

“Mis últimas dos peleas las perdí porque andaba muy mal por deficiencia renal de nacimiento, que por cierto recientemente me sacaron un riñón, ahora solo tengo un solo riñón, el otro me abandonó; en aquel entonces me dijeron, ‘te atiendes o te atiendes’, hay riesgo de sufrir un golpe o inflamación, así que a la edad de 23 años tuve que retirarme; en aquel tiempo también nació mi hija con un soplo en el corazón, así que me derrumbé, pero no me dejé caer, al contrario, me prepararé, regresé a Salamanca, anduve navegando en cuestión de trabajo, hasta que surgió oportunidad de trabajo en Veracruz, iba nada más por un ratito, mientras me alivianaba, pero me aventé 32 años allá”, compartió.

Andando en Coatzacoalcos, Veracruz, se acercó a una función de box y resultó que el organizador lo conocía, lo había visto entrenar en la Ciudad de México.

“Me pidió que le ayudara a entrenar, él era compadre del secretario general de Pemex del Sindicato Sección 11, ya traía licencia como manager profesional que obtuvo allá, así que comenzó a dar clases de box en el Gimnasio de la Sección 11.

Hace 17 años regresó a Salamanca para acompañar a su madre, que ya estaba muy grande de edad, mientras que su papá ya se había adelantado en el camino.

En Salamanca empezó a hacer funciones de box en la comunidad de El Divisador, puso un gimnasio “a la vámonos recio”, ahí estuvo tres años, luego buscó un local apropiado para el boxeo.

“Hace 14 años encontramos este lugar ubicado en la periferia del mercado Tomasa Estevez, a la fecha seguimos aquí, formando pugilistas amateurs y profesionales con la misma consigna de siempre: mente sana, en cuerpo sano”.

Actualmente tiene cinco décadas como instructor o manager. “En Salamanca fundamos la escuela de box El Campeón, además de constituir la promotora de Box Mata Martínez”.

En las instalaciones de a Escuela de Box El Campeón hay niños y niñas desde los cuatro años hasta los 72 años.

Para terminar, señaló: “todos estos años dentro el box han sido de mucha satisfacción, me puse una meta, Dios quiere que siga aquí y así será mientras él, así lo permita”.