/ lunes 12 de febrero de 2018

Por recortes, 5.6 millones dejan servicios de salud

Un menor presupuesto para la atención médica ha propiciado que los mexicanos gasten más en servicios privados

En México, de 2012 a 2016, el gasto en salud per cápita sufrió una contracción de 4.0 por ciento, lo que contribuyó para que el número de personas que usaron las instituciones o programas de salud se redujera en 12 por ciento, lo que representó un total de 5.6 millones de personas menos, de 2014 a 2016, según datos de la Secretaría de Hacienda y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Ante ello, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), advierte que una disminución de recursos públicos en dicho rubro podría incrementar el gasto de los ciudadanos en materia de atención a la salud, sobre todo en aquellos sectores de la población con menores ingresos.

En este sentido, Judith Méndez, especialista del instituto, afirma que contrario a lo se pensaría, lo cierto es que el número de personas que usaron las instituciones o programas de salud ha ido a la baja.

“Mientras que en 2014, 46.5 millones de personas reportaron haber usado los servicios de salud de las instituciones o programas de salud, en 2016 40.8 millones de personas reportaron su uso”, asegura.

La especialista estimó que para 2018, el gasto en salud per cápita se reduciría 5.5 por ciento respecto a 2012; al pasar de tres mil 826 a tres mil 615, lapso en donde el presupuesto total destinado a la función salud se contrajo en 2.0 por ciento al pasar de 580 mil millones de pesos a 569 mil millones.

Al respecto, cabe mencionar que en ese periodo, los ingresos públicos enfrentaron (y siguen padeciendo), los estragos del desplome en la producción petrolera así como menores precios internacionales de crudo, lo que provocó que los recursos petroleros pasaran a aportar del 29 al 12 por ciento del total de los ingresos del erario.

Ante ello, el gobierno tuvo que aplicar ajustes intermedios en materia de gasto público, como el aplicado el 17 de febrero de 2016 por 132 mil 300 millones de pesos, equivalente al 0.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

 

En ese sentido, Judith Méndez, especialista del CIEP, agregó que el gasto per cápita por afiliado se redujo en las instituciones que brindan servicios de salud a población asegurada.

Por ejemplo, reveló que de 2012 a 2016, en el IMSS el gasto per cápita por afiliados se redujo en seis por ciento (equivalente a 269 pesos menos), en el ISSSTE el 5.0 por ciento (inferior en 250 pesos) y en PEMEX 41 por ciento (nueve mil 537 pesos), respectivamente.

En cambio, dijo que el gasto per cápita tuvo incrementos, en términos reales, de 0.35 por ciento (10 pesos) y 3.0 por ciento (34 pesos) para la población beneficiaria del Seguro Popular e IMSS – Prospera, respectivamente.

No obstante, advirtió que en términos comparativos, mientras que el gasto per cápita destinado a la población no asegurada se ubica por debajo del promedio total, el gasto per cápita en IMSS, ISSSTE, Pemex, Sedena y Semar, se ubica por arriba de este promedio.

Ante ello, la especialista advirtió que los sectores más vulnerables de la población son los que en mayor medida padecerán la restricción de recursos en materia de salud pública, pues se verían obligados a destinar parte de sus ingresos en atención médica.

Al respecto, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), advierte que el sistema de salud en México continúa enfrentando grandes problemas, como el hecho de que opera como un conjunto de subsistemas distintos, cada uno con diferentes niveles de atención, dirigidos a diferentes grupos, con precios diferentes y resultados diferentes, ello, a pesar de que en la última década la inversión pública en el sistema de salud aumentó de 2.4 a 3.2 por ciento del PIB.

En México, de 2012 a 2016, el gasto en salud per cápita sufrió una contracción de 4.0 por ciento, lo que contribuyó para que el número de personas que usaron las instituciones o programas de salud se redujera en 12 por ciento, lo que representó un total de 5.6 millones de personas menos, de 2014 a 2016, según datos de la Secretaría de Hacienda y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Ante ello, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), advierte que una disminución de recursos públicos en dicho rubro podría incrementar el gasto de los ciudadanos en materia de atención a la salud, sobre todo en aquellos sectores de la población con menores ingresos.

En este sentido, Judith Méndez, especialista del instituto, afirma que contrario a lo se pensaría, lo cierto es que el número de personas que usaron las instituciones o programas de salud ha ido a la baja.

“Mientras que en 2014, 46.5 millones de personas reportaron haber usado los servicios de salud de las instituciones o programas de salud, en 2016 40.8 millones de personas reportaron su uso”, asegura.

La especialista estimó que para 2018, el gasto en salud per cápita se reduciría 5.5 por ciento respecto a 2012; al pasar de tres mil 826 a tres mil 615, lapso en donde el presupuesto total destinado a la función salud se contrajo en 2.0 por ciento al pasar de 580 mil millones de pesos a 569 mil millones.

Al respecto, cabe mencionar que en ese periodo, los ingresos públicos enfrentaron (y siguen padeciendo), los estragos del desplome en la producción petrolera así como menores precios internacionales de crudo, lo que provocó que los recursos petroleros pasaran a aportar del 29 al 12 por ciento del total de los ingresos del erario.

Ante ello, el gobierno tuvo que aplicar ajustes intermedios en materia de gasto público, como el aplicado el 17 de febrero de 2016 por 132 mil 300 millones de pesos, equivalente al 0.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

 

En ese sentido, Judith Méndez, especialista del CIEP, agregó que el gasto per cápita por afiliado se redujo en las instituciones que brindan servicios de salud a población asegurada.

Por ejemplo, reveló que de 2012 a 2016, en el IMSS el gasto per cápita por afiliados se redujo en seis por ciento (equivalente a 269 pesos menos), en el ISSSTE el 5.0 por ciento (inferior en 250 pesos) y en PEMEX 41 por ciento (nueve mil 537 pesos), respectivamente.

En cambio, dijo que el gasto per cápita tuvo incrementos, en términos reales, de 0.35 por ciento (10 pesos) y 3.0 por ciento (34 pesos) para la población beneficiaria del Seguro Popular e IMSS – Prospera, respectivamente.

No obstante, advirtió que en términos comparativos, mientras que el gasto per cápita destinado a la población no asegurada se ubica por debajo del promedio total, el gasto per cápita en IMSS, ISSSTE, Pemex, Sedena y Semar, se ubica por arriba de este promedio.

Ante ello, la especialista advirtió que los sectores más vulnerables de la población son los que en mayor medida padecerán la restricción de recursos en materia de salud pública, pues se verían obligados a destinar parte de sus ingresos en atención médica.

Al respecto, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), advierte que el sistema de salud en México continúa enfrentando grandes problemas, como el hecho de que opera como un conjunto de subsistemas distintos, cada uno con diferentes niveles de atención, dirigidos a diferentes grupos, con precios diferentes y resultados diferentes, ello, a pesar de que en la última década la inversión pública en el sistema de salud aumentó de 2.4 a 3.2 por ciento del PIB.

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