A unos meses de que concluya el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ya registra la mayor alza en el precio de la tortilla en comparación con los dos sexenios previos.
Mientras que en la administración de Felipe Calderón el precio de este producto básico en la dieta de los mexicanos aumentó 40.6 por ciento y con Enrique Peña Nieto 16.3 por ciento, en lo que va de este sexenio el incremento es de 60.5 por ciento, según datos del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM).
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El portal de la Secretaría de Economía (SE) señala que, en promedio, el kilo de tortilla en el país cuesta 23 pesos al 15 de mayo, casi nueve pesos más que en diciembre de 2018.
En algunas localidades de Baja California, Coahuila y Sonora rebasa los 30 pesos por kilo, señalan los datos del SNIIM.
De acuerdo con el Consejo Nacional de la Tortilla (CNT) se trata de un incremento histórico en el precio de este producto, afectado por diversas razones que van desde el aumento en insumos básicos hasta decisiones políticas e inseguridad.
Entre los insumos que más han elevado sus costos, el organismo destacó el papel grado alimenticio, lubricantes, refacciones de equipo, salarios y gastos en salud de empleados, así como energéticos como el gas y la electricidad.
Asimismo, destacó las afectaciones en los últimos años por los apagones registrados en varias regiones del país, mismos que han provocado pérdidas a unas cuatro mil 800 tortillerías en 15 entidades.
Esto lleva al aumento en el producto pese a que el precio del maíz viene a la baja. Según datos del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) el maíz blanco ha bajado entre nueve y 19 por ciento en el último año.
“La tortilla no se hace únicamente de maíz, hay muchos elementos más que impactan en el precio”, dijo a El Sol de México Homero López García, presidente del CNT.
A esto añadió el aumento en el precio de los combustibles, que encarece los fletes, así como factores externos que se han dado a lo largo del sexenio, como la guerra entre Ucrania y Rusia o la pandemia de Covid-19, que tuvieron impactos en los precios de varios productos, entre ellos la tortilla.
En un documento, el CNT también indica que las decisiones de política como la exclusión de la tortilla del Paquete contra la inflación y carestía (Pacic), un acuerdo alcanzado entre el gobierno federal y empresas para mantener sin alzas el precio de 24 productos de la canasta básica.
Entre los empresarios que firmaron el pacto estuvieron los directores de Gruma y Minsa, las principales productoras de harina de maíz a nivel nacional.
Sin embargo, el CNT subrayó que el Pacic incluyó a empresas harineras cuando 95 por ciento de este producto se hace en tortillerías, las cuales fueron excluidas.
Aun así, el precio de la harina de maíz, insumo que se usa en casi la mitad de la producción de tortillas a nivel nacional, aumentó 62 por ciento en lo que va de este gobierno, de acuerdo con datos del GCMA.
Aunado a ello, el organismo dijo que la inseguridad que se vive en distintas zonas del territorio nacional también tiene un efecto sobre el precio de la tortilla.
Según el CNT, 30 por ciento de las tortillerías en todo el país padecen de extorsión y cobro de derecho de piso por parte de grupos criminales, además de que los fletes también son víctimas de robos y otros delitos, por lo que los empresarios del sector tienen que invertir en sistemas privados de seguridad, lo que impacta en el precio del producto al consumidor final.
“Muchos fleteros ya no quieren entrar a varias ciudades. Han interceptado a operadores y les han quitado dinero y equipos”, contó López García.
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El aumento en sueldos para los trabajadores de la industria es otro factor que ha incidido en el precio final de las tortillas ya que, como explicó el presidente del CNT, tanto las alzas al salario mínimo como las exigencias de los propios colaboradores ante mayores riesgos, se reflejan en lo que paga el consumidor final.
“Tenemos por un lado la violencia, los trabajadores se arriesgan más a asaltos y por eso exigen más, y por otro las altas temperaturas, la gente ya no quiere trabajar en tortillerías con tanto calor, y lo que hacen los dueños de estos negocios es ofrecer sueldos más competitivos”, concluyó López.