El director general de Legal y Asuntos Corporativos de Walmart de México, Alberto Sepulveda, calificó de menor el riesgo existente por las amenazas de huelga emitidas por la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), aunque aclaró que seguirán en pláticas con la organización.
El directivo explicó que en la actualidad la empresa cuenta con más de dos mil 450 tiendas, más centros de distribución, donde tienen mil 944 contratos colectivos de trabajo con 45 sindicatos distintos a lo largo de toda la República Mexicana.
“Con la CROC tenemos 170 contratos colectivo de trabajo de los mil 944 que les comentaba, de estos 38 son con una sección de la CROC en Jalisco que ya dijo a su central nacional conmigo no cuentes (para la huelga)”, afirmó durante una reunión con analistas.
Sepulveda detalló que, de los 132 restantes, 58 son con formatos grandes y 68 son con Bodegas Aurrerá Express, dispersas en toda la república, además de un centro de distribución, un Superama que ya está cerrado, dos o tres centros de trabajo menores de bodegas.
“De esos 132 contratos colectivos de trabajo, están amparados nominalmente, y recalcó la palabra nominalmente, porque no están afiliados a la CROC, seis mil 500 trabajadores o sea menos del 3.0 por ciento de los que están susceptibles de ser sindicalizados en México y cubren menos de 5.0 por ciento de nuestras tiendas”, precisó.
Los contratos, refirió, se basan en la legislación actual, que celebra el patrón con el sindicato, por lo que con el cambio de la legislación se van activar para que los trabajadores tengan mayor libertad de asociación.
“Vamos a escuchar a las organizaciones sindicales, por supuesto que vamos a permitir la libre afiliación de nuestros asociados a los sindicatos que ellos elijan, pero estos sindicatos hoy no tienda filiación vamos a permitirlo y no tenemos problema alguno”, añadió.
Alberto Sepulveda consideró que hay dos tipos de huelga: la que se inicia de adentro hacia afuera, en la que los trabajadores ponen las banderas rojinegras, paran actividades, exigen algún tipo de demanda y no dejan que se produzca o que entren clientes.
Así como huelgas de afuera hacia adentro, donde terceros ajenos a la fuente de trabajo buscan con presión impedir el trabajo industrial o comercial, para “lograr algún objetivo muchas veces no muy legítimo”.