/ jueves 24 de noviembre de 2022

Damián Alcázar visita el cine de oro mexicano con Poderoso Victoria

Damián Alcázar interpreta a un maquinista, personaje que originalmente era para Fernando Luján

A Damián Alcázar le interesa más la historia que se va a contar en una película, que el dinero que va a ganar actuando en ella. Ahora está de vuelta con Poderoso Victoria, del director Raúl Ramón. En ella interpreta a Don Federico, un maquinista que le devuelve la esperanza a un pequeño pueblo del norte del país que se queda sin posibilidades cuando la mina de la que depende cierra y el gobierno amenaza con quitar los rieles del tren que lo comunica con el resto de México durante los tiempos postrevolucionarios de Lázaro Cárdenas.

UNA PELÍCULA CON MAGIA

En entrevista con El Sol de México, el icónico actor da las razones por las que decidió participar en este filme, incluso de sus dudas sobre su realización.

Puede interesarte: Damián Alcázar ya tiene butaca en el FICM

“Desde que leí el guion me gustó la historia, es un cuento lleno de esperanza. Un tanto naif, pensé al principio, y hasta dudé si podrían llegar a levantarla, pero ahí está. Es una película con mucha magia, con toda esa fantasía del cine antiguo mexicano que creo que le va a encantar tanto a niños como adultos”, comenta el actor, quien también aclara que su papel no fue pensado para él, sino para el ya fallecido actor Fernando Lujan por quien siempre tuvo una sentida admiración.

Sin embargo, la decisión de actuar en Poderoso Victoria, agrega Alcázar, responde a qué él es muy selectivo en los proyectos en los que decide participar, pues lo que más le interesa son los contenidos. En esta película él encontró “una gran luminosidad”, muy parecida a las fábulas, que enseña cómo es posible que los seres humanos se pueden organizar y luchar por alcanzar sus objetivos y el bien común.

NOSTAGIA POR LOS TRENES

Enamorado por la naturaleza de liderazgo, la capacidad para resolver problemas y el gran arraigo por sus raíces que hay en su personaje, Damián Alcázar confiesa, con un inocultable gesto de nostalgia que extraña aquel mundo en el que el uso de los trenes era común para transportarse a través de la República.

“Yo lamentó muchísimo que nos quitaran los trenes. A muchas generaciones ya no les tocó, pero era algo extraordinario poder ir, por ejemplo, de Ciudad de México a Veracruz dormido, en un camarote, y luego despertar y ver el paisaje. Se paraba el tren y la gente se subía a vender tamales, atolito y tacos. Era una forma de subsistir para muchísimos pueblos.

“Haciendo El infierno en San Luis Potosí, nos encontramos con pueblos donde los trenes les fueron quitados; entonces esa gente tuvo que irse a las grandes ciudades, por lo que esos pueblos se secaron. Les arrebataron todo, y ahora que llegó el narco, cuando los ven los jóvenes estos dicen ‘yo’, porque no tienen dinero para sacar adelante a sus familias”, rememora Alcázar, quien mira con ilusión la construcción del Tren Maya, uno de los mega proyectos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

60527166. México, 27 May 2016 (Notimex-José Pazos).- El actor Damián Alcázar impartió hoy un taller de dirección de actores en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC). NOTIMEX/FOTO/JOSÉ PAZOS/JPF/ACE/


EL PROBLEMA ES QUE NO HAY PANTALLAS

Al ser, Poderoso Victoria una película que tardo 10 años en realizarse y que por falta de recursos casi no llega a ver la luz. Se le pregunta a Damián Alcázar sobre la necesidad que hay de que el cine mexicano reciba mayor número de apoyos que aseguren su proyección.

“Yo creo que siempre van a hacer falta apoyos, el cine no es autosustentable y menos ahora. No hay manera en que se pueda hacer una película y se recupere el dinero, porque no hay pantallas. Ese es el verdadero problema. No te van a poner a ti en lugar de la película que viene de Estados Unidos con la gran producción de superhéroes. El apoyo que deberíamos tener es un mayor número de pantallas en exhibición”, explica el actor

Con indignación, Alcázar asegura que del promedio de 80 películas que se hacen al año en nuestro país apenas y se ven seis en salas y por un tiempo muy limitado, generando un gran cúmulo de películas que nunca estarán en exhibición. Por ello el considera que “todo tiene que restructurarse”, y que en México debería haber “por lo menos cuatro Cinetecas Nacionales”, además de las que debería haber en cada estado, con la intención de ofrecer cine de calidad de todo el mundo.

“El cine por su puesto es un negocio, porque es muy caro. Pero, si en México no quieren vender este producto de calidad porque prefieren vender, como la comida chatarra, películas de los Estados Unidos sobre guerra y superhéroes interplanetarios, estamos en un verdadero problema que nos pone a pensar qué estamos haciendo los mexicanos”, agrega.

EL PRESTIGIO SE GANA TRABAJANDO

Alcázar cuenta que no se siente capacitado para decir en qué momento de su carrera se encuentra, pues es al final el público el que tiene la última palabra.

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“Uno es el que menos idea tiene de cómo lo ve la gente. Yo me considero un actor que se esfuerza muchísimo en hacer el siguiente proyecto, que trabaja con mucha pasión. Todo el tiempo llevo conmigo algún libro de técnica de actuación y, mientras estoy haciendo una película, trato de llevar a cabo lo leído.

Soy sumamente crítico de mi trabajo, creo que el prestigio se puede ganar con haciendo el trabajo con mucha pasión y absoluta entrega. Cuando te entregan un Ariel, que yo tengo ocho, siempre es un placer y un reto, no hay nada fácil”, concluye.

A Damián Alcázar le interesa más la historia que se va a contar en una película, que el dinero que va a ganar actuando en ella. Ahora está de vuelta con Poderoso Victoria, del director Raúl Ramón. En ella interpreta a Don Federico, un maquinista que le devuelve la esperanza a un pequeño pueblo del norte del país que se queda sin posibilidades cuando la mina de la que depende cierra y el gobierno amenaza con quitar los rieles del tren que lo comunica con el resto de México durante los tiempos postrevolucionarios de Lázaro Cárdenas.

UNA PELÍCULA CON MAGIA

En entrevista con El Sol de México, el icónico actor da las razones por las que decidió participar en este filme, incluso de sus dudas sobre su realización.

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“Desde que leí el guion me gustó la historia, es un cuento lleno de esperanza. Un tanto naif, pensé al principio, y hasta dudé si podrían llegar a levantarla, pero ahí está. Es una película con mucha magia, con toda esa fantasía del cine antiguo mexicano que creo que le va a encantar tanto a niños como adultos”, comenta el actor, quien también aclara que su papel no fue pensado para él, sino para el ya fallecido actor Fernando Lujan por quien siempre tuvo una sentida admiración.

Sin embargo, la decisión de actuar en Poderoso Victoria, agrega Alcázar, responde a qué él es muy selectivo en los proyectos en los que decide participar, pues lo que más le interesa son los contenidos. En esta película él encontró “una gran luminosidad”, muy parecida a las fábulas, que enseña cómo es posible que los seres humanos se pueden organizar y luchar por alcanzar sus objetivos y el bien común.

NOSTAGIA POR LOS TRENES

Enamorado por la naturaleza de liderazgo, la capacidad para resolver problemas y el gran arraigo por sus raíces que hay en su personaje, Damián Alcázar confiesa, con un inocultable gesto de nostalgia que extraña aquel mundo en el que el uso de los trenes era común para transportarse a través de la República.

“Yo lamentó muchísimo que nos quitaran los trenes. A muchas generaciones ya no les tocó, pero era algo extraordinario poder ir, por ejemplo, de Ciudad de México a Veracruz dormido, en un camarote, y luego despertar y ver el paisaje. Se paraba el tren y la gente se subía a vender tamales, atolito y tacos. Era una forma de subsistir para muchísimos pueblos.

“Haciendo El infierno en San Luis Potosí, nos encontramos con pueblos donde los trenes les fueron quitados; entonces esa gente tuvo que irse a las grandes ciudades, por lo que esos pueblos se secaron. Les arrebataron todo, y ahora que llegó el narco, cuando los ven los jóvenes estos dicen ‘yo’, porque no tienen dinero para sacar adelante a sus familias”, rememora Alcázar, quien mira con ilusión la construcción del Tren Maya, uno de los mega proyectos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

60527166. México, 27 May 2016 (Notimex-José Pazos).- El actor Damián Alcázar impartió hoy un taller de dirección de actores en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC). NOTIMEX/FOTO/JOSÉ PAZOS/JPF/ACE/


EL PROBLEMA ES QUE NO HAY PANTALLAS

Al ser, Poderoso Victoria una película que tardo 10 años en realizarse y que por falta de recursos casi no llega a ver la luz. Se le pregunta a Damián Alcázar sobre la necesidad que hay de que el cine mexicano reciba mayor número de apoyos que aseguren su proyección.

“Yo creo que siempre van a hacer falta apoyos, el cine no es autosustentable y menos ahora. No hay manera en que se pueda hacer una película y se recupere el dinero, porque no hay pantallas. Ese es el verdadero problema. No te van a poner a ti en lugar de la película que viene de Estados Unidos con la gran producción de superhéroes. El apoyo que deberíamos tener es un mayor número de pantallas en exhibición”, explica el actor

Con indignación, Alcázar asegura que del promedio de 80 películas que se hacen al año en nuestro país apenas y se ven seis en salas y por un tiempo muy limitado, generando un gran cúmulo de películas que nunca estarán en exhibición. Por ello el considera que “todo tiene que restructurarse”, y que en México debería haber “por lo menos cuatro Cinetecas Nacionales”, además de las que debería haber en cada estado, con la intención de ofrecer cine de calidad de todo el mundo.

“El cine por su puesto es un negocio, porque es muy caro. Pero, si en México no quieren vender este producto de calidad porque prefieren vender, como la comida chatarra, películas de los Estados Unidos sobre guerra y superhéroes interplanetarios, estamos en un verdadero problema que nos pone a pensar qué estamos haciendo los mexicanos”, agrega.

EL PRESTIGIO SE GANA TRABAJANDO

Alcázar cuenta que no se siente capacitado para decir en qué momento de su carrera se encuentra, pues es al final el público el que tiene la última palabra.

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“Uno es el que menos idea tiene de cómo lo ve la gente. Yo me considero un actor que se esfuerza muchísimo en hacer el siguiente proyecto, que trabaja con mucha pasión. Todo el tiempo llevo conmigo algún libro de técnica de actuación y, mientras estoy haciendo una película, trato de llevar a cabo lo leído.

Soy sumamente crítico de mi trabajo, creo que el prestigio se puede ganar con haciendo el trabajo con mucha pasión y absoluta entrega. Cuando te entregan un Ariel, que yo tengo ocho, siempre es un placer y un reto, no hay nada fácil”, concluye.

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