/ martes 31 de agosto de 2021

Elisa Carrillo lo hace todo por la danza

Si el ballet fuera un arte más popular, Elisa Carrillo sería definitivamente una rockstar. No en balde y gracias a sus múltiples logros, le han llegado invitaciones para participar en política, cine y publicidad

Las credenciales de la bailarina mexicana Elisa Carrillo son impresionantes: Es la única mexicana que ha ganado los tres premios más importantes de la danza a nivel internacional -el Prix Benois de la Danse, el Alma de la Danza de Rusia y el Festival Dance Open de San Petersburgo- y actualmente es la primera bailarina en el Ballet Estatal de Berlín, que es una de las diez compañías de ballet más reconocidas en el mundo.

La artista nacida en Texcoco, Estado de México, tiene toda una vida dedicada al ballet clásico, al arte y la cultura, desde los años en que, a muy corta edad salió de su país para lograr un sueño, primero en Inglaterra y luego en Alemania, donde actualmente radica.

Y precisamente desde la capital germana, Carrillo se conecta vía Zoom con El Sol de México para hablar de esa impresionante carrera que ha desarrollado y de todos los esfuerzos, sacrificios y entrega que requiere llegar hasta donde lo ha hecho.

Primera bailarina

Para entrar en contexto, le pedimos que nos cuente lo que significa ser primera bailarina en una compañía de ballet.

“Es llegar a lo más alto en una compañía grande, a la posición más alta en una compañía… Y son muchos años de esfuerzo, muchas pruebas que tienes que pasar para llegar hasta ese nivel. Implica mucha responsabilidad y es mucha presión, porque tiene su parte difícil, y yo no sólo represento a Alemania, sino también a mi país”, nos dice.

Otra parte que también ha sido para ella, ha sido la de mantenerse en forma durante el confinamiento provocado por la pandemia:

“Ha sido muy difícil, de hecho tiene más de un año y medio que no hemos hecho una producción grande en las compañías, porque los teatros han estado mucho tiempo cerrados y las oportunidades que hemos tenido de presentarnos en el escenario han sido muy pocas… Hasta ahora estamos preparando nuestra primera función grande, para este mes de septiembre y ha sido todo un reto, porque es cuando te das cuenta de que quizá las horas que estuviste entrenando no fueron suficientes, (porque) no es lo mismo que tener un día completo de ensayos, para tener una condición y esa sensación en tu cuerpo de que tus músculos están listos... Ha sido y sigue siendo difícil”, asegura.

Hablando de dificultades, ¿qué tan complicado es hacer una carrera y vivir de la danza? ¿Hay más oportunidades en Europa?

Es una carrera donde uno tiene la posibilidad de tener una vida. Se puede vivir de esto; claro, también hay que ver a qué nivel de vida quieres, pero es una carrera que te puede dar muchas cosas. Quizá no una vida de lujos, pero sí de un nivel de vida donde puedas disfrutar de lo que haces y tengas lo necesario para vivir. En México, donde trabajo con la Compañía Nacional de Danza, hay grupos. Quizá no hay tantas oportunidades como acá, porque por ejemplo, aquí en Alemania hay más de 70 compañías y cada pequeña ciudad tiene un teatro... Digamos que sí hay más oportunidad.

En México eres muy respetada, pero tengo la sensación de que quizá no te valoran tanto como en otros países.

Yo me siento muy querida y estoy muy agradecida con toda la gente que me acompaña cuando voy a México, y que está al tanto de las funciones. Creo que sí me apoyan. Claro, no soy una rockstar en México, pero eso es porque hay mucha gente que a lo mejor no se ha acercado a la danza, pero creo que esa es justamente la misión que tengo: la de promover la danza y hacer que la gente le encuentre el gusto y vea lo mucho que los artistas pueden hacer por la sociedad.

Foto: Carlos Quezada

Y eso es parte de lo que haces con tu fundación.

Sí, la fundación nació con ese deseo de difundir la cultura y el arte, porque yo en un momento importante de mi vida recibí un apoyo para poder irme, y con muchos esfuerzos se logró. La fundación no tiene muchos fondos para poder ayudar a otros jóvenes a lograr su sueño, pero pone un granito de arena, y esa es la misión que tengo. Para mí es importante crear un puente que conecte a México con las otras partes del mundo, porque hay mucho talento en el país y hay mucha gente en el extranjero que quiere ir a México, que quiere descubrir más de todo ese talento.

Ya que hablas de la importancia de los apoyos, ¿cómo ves la política cultural de este gobierno, en el que se han removido varios fideicomisos que sostenían becas importantes?

Yo creo que cada gobierno va a tomar las decisiones que piensa que son las correctas. Uno puede estar de acuerdo o no, pero uno como mexicano tiene que asumir que son decisiones que se toman. Yo lo único que te puedo decir es que se tiene que apoyar el arte, que es algo que no debemos de olvidar, porque es una herramienta y algo que podría tener mucho impacto en las nuevas generaciones. Yo descubrí otro mundo por medio del arte, se me dio una oportunidad, y creo que nuestra sociedad necesita esa parte profunda del ser humano. Uno tiene que respetar las decisiones (del gobierno) pero creo que sí es importante el apoyo, que el arte y la cultura deben ser parte importante de nuestra sociedad.

Elisa habla con pasión de su profesión y de lo bueno que ha sido para ella dedicarse a lo que más le gusta. En sus palabras y sus gestos vemos a una mujer satisfecha con lo que ha logrado y al mismo tiempo llena de sueños.

En algún punto de la charla, salen a colación los compositores clásicos que siempre la han acompañado, desde Tchaikovsky hasta Prokófiev y Chopin, sin hacer a un lado a Mozart y a compositores mexicanos como Moncayo o Arturo Márquez, todos piezas fundamentales de la banda sonora de su carrera.

El presente

Actualmente, Elisa Carrillo está entregada por completo a los ensayos de Onegin, un clásico de John Cranko -otrora fundador y coreógrafo destacado del Stuttgart Ballet- que desde chica fue otro de sus sueños poder bailar, y que es la pieza que presentará precisamente en septiembre de este 2021.

Has recibido muchas invitaciones a participar en otras áreas, como el cine o la publicidad.

Sí, he tenido algunas invitaciones de algunos proyectos… A lo mejor grabaremos algo, más en plan de videos o de alguna actuación, porque a fin de cuentas los bailarines también actuamos de alguna manera en nuestros roles. Es algo que siempre me ha llamado la atención, entonces vamos a ver... Me gustaría explorarlo... A mí me encanta descubrir, probar cosas y aprender, así que vamos a ver cómo se van desarrollando las cosas.

¿Y en cuanto a cuestiones publicitarias?

Sí, me han buscado para algunas cuestiones de anuncios y cosas así, lo cual también creo que me gustaría, estoy abierta a esa parte también, sobre todo si uno puede ser la voz para llevar algún mensaje que sea interesante e importante, si es así, yo estaré feliz de poder hacerlo.

Lee también otros contenidos de Normal ⬇️

Las credenciales de la bailarina mexicana Elisa Carrillo son impresionantes: Es la única mexicana que ha ganado los tres premios más importantes de la danza a nivel internacional -el Prix Benois de la Danse, el Alma de la Danza de Rusia y el Festival Dance Open de San Petersburgo- y actualmente es la primera bailarina en el Ballet Estatal de Berlín, que es una de las diez compañías de ballet más reconocidas en el mundo.

La artista nacida en Texcoco, Estado de México, tiene toda una vida dedicada al ballet clásico, al arte y la cultura, desde los años en que, a muy corta edad salió de su país para lograr un sueño, primero en Inglaterra y luego en Alemania, donde actualmente radica.

Y precisamente desde la capital germana, Carrillo se conecta vía Zoom con El Sol de México para hablar de esa impresionante carrera que ha desarrollado y de todos los esfuerzos, sacrificios y entrega que requiere llegar hasta donde lo ha hecho.

Primera bailarina

Para entrar en contexto, le pedimos que nos cuente lo que significa ser primera bailarina en una compañía de ballet.

“Es llegar a lo más alto en una compañía grande, a la posición más alta en una compañía… Y son muchos años de esfuerzo, muchas pruebas que tienes que pasar para llegar hasta ese nivel. Implica mucha responsabilidad y es mucha presión, porque tiene su parte difícil, y yo no sólo represento a Alemania, sino también a mi país”, nos dice.

Otra parte que también ha sido para ella, ha sido la de mantenerse en forma durante el confinamiento provocado por la pandemia:

“Ha sido muy difícil, de hecho tiene más de un año y medio que no hemos hecho una producción grande en las compañías, porque los teatros han estado mucho tiempo cerrados y las oportunidades que hemos tenido de presentarnos en el escenario han sido muy pocas… Hasta ahora estamos preparando nuestra primera función grande, para este mes de septiembre y ha sido todo un reto, porque es cuando te das cuenta de que quizá las horas que estuviste entrenando no fueron suficientes, (porque) no es lo mismo que tener un día completo de ensayos, para tener una condición y esa sensación en tu cuerpo de que tus músculos están listos... Ha sido y sigue siendo difícil”, asegura.

Hablando de dificultades, ¿qué tan complicado es hacer una carrera y vivir de la danza? ¿Hay más oportunidades en Europa?

Es una carrera donde uno tiene la posibilidad de tener una vida. Se puede vivir de esto; claro, también hay que ver a qué nivel de vida quieres, pero es una carrera que te puede dar muchas cosas. Quizá no una vida de lujos, pero sí de un nivel de vida donde puedas disfrutar de lo que haces y tengas lo necesario para vivir. En México, donde trabajo con la Compañía Nacional de Danza, hay grupos. Quizá no hay tantas oportunidades como acá, porque por ejemplo, aquí en Alemania hay más de 70 compañías y cada pequeña ciudad tiene un teatro... Digamos que sí hay más oportunidad.

En México eres muy respetada, pero tengo la sensación de que quizá no te valoran tanto como en otros países.

Yo me siento muy querida y estoy muy agradecida con toda la gente que me acompaña cuando voy a México, y que está al tanto de las funciones. Creo que sí me apoyan. Claro, no soy una rockstar en México, pero eso es porque hay mucha gente que a lo mejor no se ha acercado a la danza, pero creo que esa es justamente la misión que tengo: la de promover la danza y hacer que la gente le encuentre el gusto y vea lo mucho que los artistas pueden hacer por la sociedad.

Foto: Carlos Quezada

Y eso es parte de lo que haces con tu fundación.

Sí, la fundación nació con ese deseo de difundir la cultura y el arte, porque yo en un momento importante de mi vida recibí un apoyo para poder irme, y con muchos esfuerzos se logró. La fundación no tiene muchos fondos para poder ayudar a otros jóvenes a lograr su sueño, pero pone un granito de arena, y esa es la misión que tengo. Para mí es importante crear un puente que conecte a México con las otras partes del mundo, porque hay mucho talento en el país y hay mucha gente en el extranjero que quiere ir a México, que quiere descubrir más de todo ese talento.

Ya que hablas de la importancia de los apoyos, ¿cómo ves la política cultural de este gobierno, en el que se han removido varios fideicomisos que sostenían becas importantes?

Yo creo que cada gobierno va a tomar las decisiones que piensa que son las correctas. Uno puede estar de acuerdo o no, pero uno como mexicano tiene que asumir que son decisiones que se toman. Yo lo único que te puedo decir es que se tiene que apoyar el arte, que es algo que no debemos de olvidar, porque es una herramienta y algo que podría tener mucho impacto en las nuevas generaciones. Yo descubrí otro mundo por medio del arte, se me dio una oportunidad, y creo que nuestra sociedad necesita esa parte profunda del ser humano. Uno tiene que respetar las decisiones (del gobierno) pero creo que sí es importante el apoyo, que el arte y la cultura deben ser parte importante de nuestra sociedad.

Elisa habla con pasión de su profesión y de lo bueno que ha sido para ella dedicarse a lo que más le gusta. En sus palabras y sus gestos vemos a una mujer satisfecha con lo que ha logrado y al mismo tiempo llena de sueños.

En algún punto de la charla, salen a colación los compositores clásicos que siempre la han acompañado, desde Tchaikovsky hasta Prokófiev y Chopin, sin hacer a un lado a Mozart y a compositores mexicanos como Moncayo o Arturo Márquez, todos piezas fundamentales de la banda sonora de su carrera.

El presente

Actualmente, Elisa Carrillo está entregada por completo a los ensayos de Onegin, un clásico de John Cranko -otrora fundador y coreógrafo destacado del Stuttgart Ballet- que desde chica fue otro de sus sueños poder bailar, y que es la pieza que presentará precisamente en septiembre de este 2021.

Has recibido muchas invitaciones a participar en otras áreas, como el cine o la publicidad.

Sí, he tenido algunas invitaciones de algunos proyectos… A lo mejor grabaremos algo, más en plan de videos o de alguna actuación, porque a fin de cuentas los bailarines también actuamos de alguna manera en nuestros roles. Es algo que siempre me ha llamado la atención, entonces vamos a ver... Me gustaría explorarlo... A mí me encanta descubrir, probar cosas y aprender, así que vamos a ver cómo se van desarrollando las cosas.

¿Y en cuanto a cuestiones publicitarias?

Sí, me han buscado para algunas cuestiones de anuncios y cosas así, lo cual también creo que me gustaría, estoy abierta a esa parte también, sobre todo si uno puede ser la voz para llevar algún mensaje que sea interesante e importante, si es así, yo estaré feliz de poder hacerlo.

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