/ lunes 27 de diciembre de 2021

Eugenio Derbez es exigente con su comedia

El comediante cierra un año lleno de logros: arrancó el 2021 presentando su cinta CODA en Sundance, la cual ganó el Gran Premio del Jurado

Eugenio Derbez considera que hacer reír a un buen comediante es como querer impresionar a un médico saliendo de su consulta, pues ambos están tan habituados a su trabajo, que pierden la capacidad de asombro.

“Mis hijos, mis compañeros y todos los que me enseñan algo (que ellos consideran chistoso) se burlan, porque lo veo y les digo que está increíble, pero me dicen que no me río. Vivo de hacer comedia, todos los días la hago y la analizo, si me muestran algo gracioso, lo veo pero ya no suelto la carcajada”, platica en entrevista.

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El comediante cierra un año lleno de logros: arrancó el 2021 presentando su cinta CODA en Sundance, la cual ganó el Gran Premio del Jurado, además de los Premios del Público y a la Dirección, y el Premio Especial del Jurado al Elenco.

En mayo celebró el estreno de la segunda temporada de su reality De viaje con los Derbez, en julio recibió su primer Emmy Internacional por su concurso de comedia LOL: Last One Laughing (que estrenó su tercera temporada el pasado 10 de diciembre) y en octubre estrenó Acapulco, la primera serie bilingüe de Apple TV+, la cual se convirtió en la más vista de la plataforma en México.

Señaló que el más enriquecedor para su faceta como comediante fue LOL, pues le ha servido como un laboratorio para estudiar de cerca la evolución de la comedia, y saber de qué se ríe la gente.

Y es que está convencido de que el humor tiene un constante cambio y ejercicios como el que hace en el show, le ayudan incluso a examinar su trabajo. “Es muy curioso porque, por ejemplo, ahora veo programas que hice cuando empezaba y los siento lentos”, reveló.

No es la primera vez en su carrera que lleva a cabo sesiones de análisis, pues recuerda cómo hace poco más de 20 años hizo un programa titulado Memorias de la risa, donde analizaba programas de la vieja guardia, como Ensalada de locos o Los Polivoces.

“Pensaba que las nuevas generaciones iban a enloquecer, pero cuando lo veía resultaba que el ritmo era mucho más lento que en aquel entonces”, comentó. “Hoy estamos acostumbrados a consumir comedia en 15 o 20 segundos, si no, la gente se aburre. Antes podías ver un chiste de 10 minutos, que se planteaba y al final venía el remate, y estábamos fascinados, pero ahora se sienten lentos”.

La fórmula le ha funcionado, pues en sus casi 30 años de carrera ha logrado posicionarse como uno de los comediantes mexicanos más destacados, al dar vida a programas propios (como Derbez en cuando y La familia P. Luche), e incursionar en Hollywood al lado de grandes estrellas como Anna Farris (Hombre al agua), la ganadora del Oscar Marlee Matlin (CODA) y Adam Sandler (Jack y Jill).

Además, en 2016 recibió su propia estrella en el Paseo de la Fama de Holly-wood, y en 2013 dirigió un episodio de Saturday Night Live, así como la cinta No se aceptan devoluciones, su ópera prima en cine, que fue galardonada con tres Diosas de Plata, y se colocó con la más vista en México en ese año.

Con ese currículum se podría pensar que es imposible despertar una sonrisa en el rostro de Eugenio, confesó que pese a toda su experiencia, todavía encuentra divertidas las cosas más simples de la vida.

“A mí me hace reír la comedia involuntaria. Cuando alguien quiere hacerse el chistoso, o incluso un mal comediante, eso me hace reír más que uno bueno”.

Pero sobre todo, donde más trabajo le cuesta mantenerse serio es en situaciones en las que está prohibido sonreír. “Cuando me dicen que no puedo reír, eso sí no puedo. Cuando estás en un velorio, un hospital, o cuando estaba en la escuela, me reía solito”, finalizó.



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Eugenio Derbez considera que hacer reír a un buen comediante es como querer impresionar a un médico saliendo de su consulta, pues ambos están tan habituados a su trabajo, que pierden la capacidad de asombro.

“Mis hijos, mis compañeros y todos los que me enseñan algo (que ellos consideran chistoso) se burlan, porque lo veo y les digo que está increíble, pero me dicen que no me río. Vivo de hacer comedia, todos los días la hago y la analizo, si me muestran algo gracioso, lo veo pero ya no suelto la carcajada”, platica en entrevista.

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El comediante cierra un año lleno de logros: arrancó el 2021 presentando su cinta CODA en Sundance, la cual ganó el Gran Premio del Jurado, además de los Premios del Público y a la Dirección, y el Premio Especial del Jurado al Elenco.

En mayo celebró el estreno de la segunda temporada de su reality De viaje con los Derbez, en julio recibió su primer Emmy Internacional por su concurso de comedia LOL: Last One Laughing (que estrenó su tercera temporada el pasado 10 de diciembre) y en octubre estrenó Acapulco, la primera serie bilingüe de Apple TV+, la cual se convirtió en la más vista de la plataforma en México.

Señaló que el más enriquecedor para su faceta como comediante fue LOL, pues le ha servido como un laboratorio para estudiar de cerca la evolución de la comedia, y saber de qué se ríe la gente.

Y es que está convencido de que el humor tiene un constante cambio y ejercicios como el que hace en el show, le ayudan incluso a examinar su trabajo. “Es muy curioso porque, por ejemplo, ahora veo programas que hice cuando empezaba y los siento lentos”, reveló.

No es la primera vez en su carrera que lleva a cabo sesiones de análisis, pues recuerda cómo hace poco más de 20 años hizo un programa titulado Memorias de la risa, donde analizaba programas de la vieja guardia, como Ensalada de locos o Los Polivoces.

“Pensaba que las nuevas generaciones iban a enloquecer, pero cuando lo veía resultaba que el ritmo era mucho más lento que en aquel entonces”, comentó. “Hoy estamos acostumbrados a consumir comedia en 15 o 20 segundos, si no, la gente se aburre. Antes podías ver un chiste de 10 minutos, que se planteaba y al final venía el remate, y estábamos fascinados, pero ahora se sienten lentos”.

La fórmula le ha funcionado, pues en sus casi 30 años de carrera ha logrado posicionarse como uno de los comediantes mexicanos más destacados, al dar vida a programas propios (como Derbez en cuando y La familia P. Luche), e incursionar en Hollywood al lado de grandes estrellas como Anna Farris (Hombre al agua), la ganadora del Oscar Marlee Matlin (CODA) y Adam Sandler (Jack y Jill).

Además, en 2016 recibió su propia estrella en el Paseo de la Fama de Holly-wood, y en 2013 dirigió un episodio de Saturday Night Live, así como la cinta No se aceptan devoluciones, su ópera prima en cine, que fue galardonada con tres Diosas de Plata, y se colocó con la más vista en México en ese año.

Con ese currículum se podría pensar que es imposible despertar una sonrisa en el rostro de Eugenio, confesó que pese a toda su experiencia, todavía encuentra divertidas las cosas más simples de la vida.

“A mí me hace reír la comedia involuntaria. Cuando alguien quiere hacerse el chistoso, o incluso un mal comediante, eso me hace reír más que uno bueno”.

Pero sobre todo, donde más trabajo le cuesta mantenerse serio es en situaciones en las que está prohibido sonreír. “Cuando me dicen que no puedo reír, eso sí no puedo. Cuando estás en un velorio, un hospital, o cuando estaba en la escuela, me reía solito”, finalizó.



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