Una nueva modalidad de extorsión ha comenzado a asechar a los salmantinos, se trata de los secuestros virtuales, un delito que desde noviembre del 2022 a la fecha ha registrado un aumento del 60% en Salamanca, volviéndolo un tema prioritario a atender por parte de las autoridades, informó, Alejandro Flores Jiménez, director de Seguridad Pública Municipal.
En ese sentido, Flores Jiménez, señaló que en el transcurso de noviembre a diciembre, en Salamanca se registraron 20 secuestros virtuales, en algunos se logró rescatar a las víctimas y en otros casos al ser virtuales los mueven a otros sitios para luego llamar a sus familiares y pedir el rescate, por lo que hizo un llamado a los ciudadanos para evitar caer en este tipo de situaciones y realizar las denuncias de manera inmediata para evitar que se consume el delito.
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“Estamos viendo la posibilidad de gestionar una herramienta que nos ayude a atacar este delito, sería la adquisición de una suscripción, pero es algo que posteriormente lo estaríamos comentando, es algo que por estrategia no podemos definir abiertamente pero vamos a atacar ese delito abiertamente”, explicó.
Además, dijo que es un tema que también se busca profundizar en el manual de protocolos y que se trabajara con la Guardia Nacional, Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA) y Policía Municipal, para disminuirlo.
El modus operandi de los secuestradores virtuales, comienza con una llamada telefónica a sus víctimas elegidas al azar, en las cuales se presentan como integrantes de algún grupo delictivo; aseguran vigilar a la víctima y la amenazan con dañar a algún familiar si no sigue sus instrucciones, posteriormente, los incitan a salir de su domicilio o del hotel donde se encuentra hospedada a través de engaños, les solicitan trasladarse a algún sitio específico (hoteles o lugares públicos) y le exigen apagar su celular para limitar la comunicación con sus seres queridos o con las autoridades.
Una vez que suceden todo esto, los extorsionadores se ponen en contacto con los familiares argumentando un supuesto “secuestro” con el objetivo de conseguir algún pago del “rescate”, el cual obtienen mediante depósitos bancarios o en tiendas de conveniencia.