Con un festejo marcado por las restricciones sanitarias se llevó a cabo la celebración a San Gonzalo de Amarante en el barrio que lleva su mismo nombre.
Este templo fue erigido sobre un cementerio para oficiar las misas de los difuntos que eran enterrados en el lugar en la segunda mitad del siglo XVIII. Originalmente, se había construido en honor a la Virgen de San Juan, de hecho, su nombre oficial es el de Capilla de Nuestra Señora de San Juan Chihuahua.
Sin embargo, los fieles comenzaron a venerar una pintura de 1830 en la que está representado San Gonzalo, por lo que el nombre de Templo de San Gonzalo comenzó a popularizarse entre los salmantinos.
Una de las tradiciones más arraigadas entre los fieles es entrar a este recinto bailando y repitiendo la oración “San Gonzalo de Amarante, tú que pasaste la mar, concédeme este milagro, que ya comienzo a bailar” para solicitar alguna gracia o retribuir un milagro recibido.
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El sacerdote Raúl Armas Vargas refirió que la tradición de bailar durante esta festividad surge de la devoción que tenía San Gonzalo por el Santísimo ya que acostumbraba danzar en forma de veneración y agradecimiento hacia Dios.
Durante este atípico festejo y para evitar la propagación de la Covid-19 el templo permaneció cerrado. Únicamente se realizaron dos celebración eucarísticas con asistencia controlada además las peregrinaciones también fueron canceladas.
Pese a ello algunos fieles no dejaron pasar la oportunidad de visitar a San Gonzalo y danzarle desde afuera del recinto religioso.