Desde hace más de seis meses la caseta y delegación de policía de Valtierrilla fue abandonada, y con ello la vigilancia y seguridad de los más de 15 mil habitantes de la comunidad más grande de Salamanca, que temen salir de sus casas ante el acoso de las pandillas que han tomado el jardín y las calles de la comunidad.
“Nos hace mucha falta la policía, las pandillas se han apoderado de las calles, uno ya no puede salir ni al jardín, son puros pleitos y ahí en la caseta se meten a beber, drogarse, insultan y agreden a las personas, ya no hay respeto debido a que ya no hay vigilancia”, argumentó María Domínguez comerciante.
Respecto a la vigilancia, los lugareños refirieron que la presencia policiaca no es muy constante e incuso por las noches es nula, situación que ha propiciado el regreso de las pandillas a las calles de la comunidad, cuyos conflictos han envuelto a adolescentes quienes se lían a golpes dentro o fuera de sus planteles educativos. “Se ven patrullas pero no muy seguido, ni permanentes como antes, cuando hay alguna pelea o robo la policía tarda, mucho en llegar y en ocasiones ni vienen, por las noches no hay vigilancia, mucho menos en las escuelas ahí andan los muchachillos que andan con las pandillas o quieren entrar a ellas agarrándose a golpes y ni quien les diga algo, ni los propios padres que en su mayoría saben que sus hijos andan mal pero es más fácil desentenderse que enfrentar el problema”, señaló Estefanía Sandoval. La causa Los afectados concordaron que el consumo de drogas y alcohol, son el principalmente detonante del pandillerismo e inseguridad en la comunidad, una de las cuales se ha apoderado del jardín de la comunidad. “Todo tiene que ver, el alcohol, los solventes y drogas que consumen, pero principalmente es porque los padres de familia no nos han apoyado en llamarle la atención a sus hijos y andar al pendiente de lo que andan haciendo y sobre todo con quien se juntan y para que”, consideró Martín Aguilera. Ante ello, los habitantes de la comunidad calificaron “muy preocupante”, la situación que se vive en las inmediaciones por el problema de pandillas, quienes mantienen en alerta a los habitantes, sobre todo cuando se suscitan riñas; “en las calles donde se encuentran, las personas prefieren evitar pasar por ahí, porque tienen miedo de que algo pueda pasar”.