Bolero; el brillante oficio que rinde culto al resplandor del calzado

A lo largo de estos 20 años José Luis se ha hecho de sus clientes pues ya la gente lo busca y no solo del municipio sino de los ranchos, “Como saben que aquí está uno seguro por eso vienen de las rancherías

José Almanza/El Sol de Salamanca.

  · domingo 23 de febrero de 2020

José Luis Rico Martínez es un Jaralense ejemplar pues en su oficio como zapatero lleva veinte años dando boleadas a todo aquel que gusta lustras su calzado / José Almanza/El Sol de Salamanca.

JARAL DEL PROGRESO, Gto.- José Luis Rico Martínez es un Jaralense ejemplar pues en su oficio como zapatero lleva veinte años dando boleadas a todo aquel que gusta lustras su calzado, dejando una satisfacción personal para este personaje muy grande, pues muchos a los que les hace el trabajo se han convertido en amigos, que con gusto y cariño les llevan sus zapatos a volear.

Este oficio forma parte de la cultura urbana de México, muchos personajes empezaron su vida profesional como lustradores de zapatos, oficio que ejercieron para poder pagarse sus estudios.

“Tengo 20 años aquí trabajando de bolero, diario trabaja no descansa ningún ni el 25 de diciembre y primero de enero todos los días Bendito sea Dios, mientras la vida nos da trabajo”

A lo largo de estos 20 años José Luis se ha hecho de sus clientes pues ya la gente lo busca y no solo del municipio sino de los ranchos, “Como saben que aquí está uno seguro por eso vienen de las rancherías, no se diga en el mes de mayo, viene mucha gente que llega de los estados unidos a conmemorar el día de la Santa Cruz y es cuando llega más gente de Capitiro, de San Isidro de Providencia, incluso tengo clientes de Cortázar, Valle de Santiago que traen sus zapatos aquí a bolear” comento

El lustrador de zapatos comento que sus precios son accesibles pues a pesar de la falta de trabajo y el aumento de los productos el trata de mantener sus costos, “El tiempo no está para cobrar tanto yo ve que si sale mi día cobrando más o menos unos quince pesos pues mantengo ese costo, mucha gente traes unos zapatos el día sábado el día domingo, y no son dos o tres pares de zapatos son hasta diez o más pares que me traen para yo darles su buena boleada”.

Siendo el único de su familia que se dedica a esta labor José Luis comenzó a enseñar a su primogénito el oficio de lustrador de zapatos, “El antes trabajaba en una panadería pero el salario era poco y trabajaba mucho, por eso lo motive a que comenzara a bolear, pues gana un poco mas y en menos hora”, y desde entonces los padre e hijo están en el Jardín Principal de Jaral lustrado calzado de todo aquel que se los pida.

En la actualidad de José Luis dependen sus dos hijas y su esposa por lo que todos los días sale desde temprano de su casa para buscar el sustento de su familia, y con ello poder sacar adelanté a las mujeres que dependen de él, pues su hijo Luis pese a que realiza la misma labor que el ya comenzó a ser su propia familia.

“Me sientes dicho de cómo me gano la vida, a lo largo de estos veinte años he hecho buenos amigos gracias a la boleada, además de que yo me siento muy feliz cuando me dicen que les gusta mi trabajo y que lo valoren y que le gusta mucha gente es muy satisfactoria para mi” comento José Luis.

Una boleada deber durar unos quince días si está bien hecha, y si es buena cuidará la piel del calzado o del material que este hecho y no la empapará. Por eso, José Luis es el mejor aliado de nuestros buenos zapatos, es tarea de los artistas del lustrado, un trapazo, dedos embarrados de grasa, cepillos a ritmo de swing, pinceladas con precisión, y trasforman el polvo en brillo, un trabajo cotidiano, agradecimiento a este sanador de nuestros amados zapatos. Dice una vieja canción que, para este trabajo, “no hace falta formación, pero yo tengo gran vocación, con corazón y cepillo, al zapato saco brillo”.

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