Además de la pandemia y la inseguridad, la temporada de lluvias es un factor que también afecta la actividad de los aseadores de calzado, ya que reduce la poca clientela que atienden los fines de semana y complica aún más el panorama económico que vive este sector desde hace dos años.
En ese sentido, Fabián Hernández, integrante de la Asociación de Aseadores de Calzado en Salamanca, señaló que además de la complicada situación económica que atraviesan los aseadores de calzado derivada de la pandemia, la temporada pluvial tampoco es de sus favoritas, ya que la poca actividad que tienen se ve mermada casi en un 90%, quien dijo la temporada ha ocasionado que solamente tengan de dos a tres clientes en tan sólo un día.
Además, dijo que estas situaciones han llevado a que muchos aseadores de trabajo, busquen otras oportunidades de empleo abandonando por completo este oficio y los pocos que quedan se la ven cada vez más difícil.
“Esta temporada es la más complicada para nosotros, pues son pocas las personas que acuden a asearse el calzado, pero cuando llueve las personas prefieren quedarse en sus casas a salir a pasear y eso obviamente nos afecta y mucho, además de que durante este periodo se generan muchos charcos y hacen que los zapatos se ensucien de manera constante, lo que genera que no tenga caso que los aseen”, explicó.
El gremio de los aseadores de calzado, vive un momento crítico desde hace dos años, pues la pandemia también fue un factor clave para que sus ingresos bajaran, pero también lo fueron las nuevas tendencias de zapatos que llegaron al país y que provocaron que el aseo del calzado fue una necesidad solamente para los adultos mayores, sin embargo, la facilidad de turnos, permite al gremio desempeñarse en otras actividades con las que logran sobrellevar la crisis.
Aunque actualmente, el estado de Guanajuato y la Federación, ya no cuentan con semáforos de reactivación económica que limiten la actividad comercial, son pocas las personas las que acuden a con los aseadores de calzado para recibir un servicio y mucho menos en una temporada como la pluvial, donde la mayoría de la población prefiere quedarse en casa, en lugar de que se arriesguen a mojarse.