La vocación de atender y socorrer a personas en dificultades, es una inspiración que Diego Javier Vargas Moreno encontró con apenas 14 años de edad; que lo ha llevado a lo largo de cuatro décadas y media, a desempeñarse como voluntario de Cruz Roja, un estilo de vida en el que encontró la manera para ayudar a quienes han requerido de primeros auxilios al sufrir algún accidente o hecho de tránsito.
A sus 61 años "El Chido", como también es conocido, ruletea por la ciudad siempre alerta para asistir a sus compañeros paramédicos cuando requieren apoyo y refuerzos para abanderar, asistir o trasladar a personas lesionadas a bordo de su taxi en el que además de contar con suministros, lo ha adecuado con el apoyo de la sociedad civil Taxi Express con una torreta y sirena para responder a cualquier urgencia.
Vargas Moreno relató para El Sol de Salamanca cómo fueron sus inicios cuando descubrió su vocación por servir, por socorrer a otros a muy temprana edad, apoyado por sus padres. “En realidad, cuando llegué a Cruz Roja fue a los 14 años de edad, me recibió mi comandante Gilberto Perales Mota, no teníamos Comité de Juventud, por ahí nuestros padres, además de la carta de antecedentes penales que teníamos que llevar, teníamos que entregar una carta responsiva firmada por nuestros padres, por cualquier cosa que nos pasara como menores de edad, entonces fue cuando entramos a la escuela de Socorrismo”.
Conocido no sólo por los salmantinos, sino también por oficiales de Seguridad Pública, agentes de la Guardia Nacional, así como por otros taxistas que conocen que de su labor e incluso por el sector petrolero al ser jubilado de la Refinería Ingeniero Antonio M. Amor (RIAMA). “Eran cuatro actividades, trabajé en el Departamento de Personal de Pemex, socorrista, director artístico de la Rondalla Un Madrigal y taxista, ahorita estoy jubilado de Petróleos Mexicanos, mi familia siempre me ha respaldado, pasé unas 27 navidades y 27 años nuevos en Cruz Roja, apoyando a la gente que ese día lo necesitara”.
Esta doble actividad como socorrista y taxista, Diego la ha realizado desde los 17 años de edad, etapa en que recuerda cargar sus férulas de madera y apósitos, equipo un poco limitado que ha fue complementando con el paso del tiempo y el apoyo José Luis Navarro, presidente de la línea de transporte de alquiler.
“Poco a poco va tomando esa evolución el taxi, le voy adaptando luces, le voy adaptando sirenas que gracias a Dios no ha sido muy necesario usarlas, yo creo han sido algunas cinco ocasiones para salvar vidas y esta doble vocación de estar siempre a la vanguardia con lo que es la Cruz Roja (…) gracias a Policía Preventiva, Tránsito Municipal y agentes de la Guardia Nacional que ya me tienen ubicado, entonces todo ese respaldo de la gente que te rodea ya sea en la calle como taxista o en Cruz Roja”, añadió.
En este aspecto reconoció la contribución que han realizado sus más de 200 compañeros del volante, que le avisan cuando se registra algún percance en las calles de Salamanca, asimismo en este espacio aprovechó para agradecer a su familia, padres, hermanos, esposa e hijos, el respaldo a lo largo de su vida, una vida que ha dedicado a servir y que en medida de lo posible, continuará ejerciendo.
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“Mientras Dios me siga dando salud, mientras él disponga y ponga sus manos en las mías yo voy a seguir ayudando a la gente cuando verdaderamente lo necesite”, concluyó.
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