El mole es uno de los platillos típicos de la gastronomía mexicana, que mayor variación en ingredientes tiene de acuerdo a la región en que se prepare; de origen prehispánico a lo largo de la historia ha tenido muchas variantes en sus más de 50 versiones que se pueden encontrar en México, ya sea negro, rojo, amarillo, coloradito, verde, chichilo e incluso rosa, por mencionar algunos; desde hace tres décadas Rubén Cortes se ha dedicado a vender en Salamanca la pasta roja y verde con una receta que aprendió de sus padres en Pachuca, Hidalgo.
“Nuestro mole es 100% artesanal, con ingredientes naturales, nada procesado, está listo para cocinarse con caldo de pollo, rápido y fácil (…) en mi familia tenemos ya como 30 años que nos dedicamos a vender esta receta de mis padres, que la traemos desde Pachuca y cada miércoles estamos aquí en el tianguis del centro y en algunos otros”, compartió.
Rubén reveló que este arte culinario lo aprendió desde muy chico ya que sus padres contaban con un molino en el que se molía chile y diferentes tipos de granos; “mis padres tenían un molino, ahí ellos prepararon su receta de la pasta y poco a poco se fue dando a conocer, ya después yo aprendí desde muy chico y ya tengo 30 años que yo la preparo y ahora la ofrezco aquí en salamanca, donde poco a poco me han ido ubicando los clientes en los tianguis”.
En la zona centro, Rubén llega a la periferia del tianguis Solidaridad desde temprana hora, para instalarse con sus botes en la intersección de las calles Sánchez Torrado y San Antonio a una cuadra del mercado Tomasa Esteves, en donde con su singular actitud ofrece su producto a quienes pasan por el lugar, amas de casa y hombres en general.
¿Cuál es el origen del mole?
Su término proviene del náhuatl molli o mulli, y se refiere a varios tipos de salsas preparadas a partir de chiles y otros ingredientes, que se adaptan a las tradiciones y costumbres, de las regiones en que se prepara, manteniéndose en el gusto de los paladares de los mexicanos por generaciones.