El Mercado “Tomasa Esteves” cumplió 50 años de brindar servicios a la población salmantina en su actual ubicación, sin embargo, la situación de inseguridad que prevalece en el municipio, la crisis económica generada por la pandemia de la covid-19 y la falta de ordenamiento han provocado que esta aniversario se lleve a cabo de manera atípica y como un día normal. Esto a pesar de que dicho recintos es uno de los más importantes del municipio.
El representante de la “Asociación Bicentenario” al interior del mercado Tomasa Esteves, Miguel Vázquez, señaló que este 15 de noviembre será un día como cualquier otro para los locatarios de este centro de abasto, ya que la crisis económica derivada de la pandemia y los acontecimientos en torno a este han mermado los ánimos de los comerciantes.
“Será un día como cualquier otro, no tendremos una celebración así que por ahora la mejor manera de honrar esa fecha, es estar aquí vendiendo y atendiendo a los clientes de la mejor manera posible”, explicó.
Por su parte, el comerciante, Santiago Conejo Rangel, quien describe al centro de abastos como su hogar, ya que toda su vida la ha desarrollando ahí, destacó que el aniversario 50 del mercado pasara de noche, ya que no hay festejo planeado ni por parte de la administración del centro de abastos como del municipio, algo que lamentó sobre todo al tratarse de uno de los centros económicos más importantes de Salamanca.
A pesar de ello, este recinto está sustentado bajo la historia de miles de salmantinos, que fueron pieza clave para mantearlo a flote pese a las dificultades que se ha registrado en medio siglo de vida.
En el año de 1942, cuando Salamanca contaba apenas con 15 mil habitantes, se volvió prioritario un mercado municipal para el comercio de artículos de primera necesidad. Este primer mercado municipal quedó ubicado en donde hoy es la plaza cívica Miguel Hidalgo, enfrente de San Agustín, entre la calle Juárez, Zaragoza y Revolución.
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Sin embargo, para 1971 y ante el crecimiento exponencial de Salamanca, fue necesaria la edificación de un nuevo mercado, lo que ocasionó que el primero de octubre de ese año, el centro de abastos ubicado en lo que hoy se conoce como la plaza cívica Miguel Hidalgo fuera demolido, dando paso a un nuevo recinto que comenzó a operar en noviembre del 1972, mismo que se ubicó entre las calles Avenida del Trabajo, Abasolo, Cinco de Mayo y Sánchez Torrado, así lo mencionó, Juan José Rodríguez Chávez, cronista de la ciudad.