El próximo domingo 18 de febrero, se celebrará el ya tradicional Carnaval del barrio de Nativitas, fiesta patronal que se realiza cada domingo después del miércoles de ceniza, para venerar al Cristo del Señor de la Piedad, que desde un día antes comienza la celebración con la llegada de banda de viento y la tradicional danza, que enmarcan uno de los festejos con mayor tradición y antigüedad de Salamanca, posterior a que fuera erigida la parroquia de Nuestra Señora de la Natividad a finales del siglo XVII y principios del XVIII.
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Además de la riqueza cultural que se exhibe a través de las danzas prehispánicas por grupos foráneos quienes comienzan arribar desde un día previo a la celebración, las muestras gastronómicas son otros de los atractivos de esta fiesta, en la que se acostumbra consumir lechugas con chile y limón, dentro de su algarabía es usual ver las mojigangas, que dan la bienvenida a la verbena que no sólo los colonos disfrutan, si no también ciudadanos que acuden a visitar al Cristo del Señor de la Piedad en este su día.
De acuerdo a la historia, fue a finales del siglo XVII que dos hombres encontraron en un leño de tepame la imagen de un señor crucificado a las orillas del Río Lerma entre los pueblos de Yerécuaro y Aramutarillo en Michoacán, al que se le colocó un altar en la parroquia de Nuestra Señora de la Natividad, cuya bóveda es de lunetos idealista, su púlpito no es el original, sin embargo, su acceso es dentro del vasto muro, cuenta con una bóveda intermedia para dar cabida al coro alto de la iglesia.
Coronado en el alto por una estatua conocida popularmente como “El Mono del Pueblo”, la cual representa San Miguel Arcángel, además su torre es de forma cuadrada inconclusa y en su cúspide se coloca una cruz labrada en cantera de estilo tequitqui que en otro tiempo fue denominada la cruz atrial por haber estado ubicada al centro del atrio y al frente de la fachada artística de esta parroquia.
Dentro de las actividades en las que podrán participar en este carnaval se encuentra el palo encebado, que consiste en trepar sólo con ayuda de brazos y piernas, por un poste vertical de cinco metros de longitud, alisado o embadurnado con alguna sustancia resbaladiza, para alcanzar los premios que se encuentran en la cima. En los alrededores del jardín, los comerciantes ofertan alimentos, además de la instalación de algunos juegos mecánicos, todo ello amenizado por música de banda y danzas.