El Rector General de la Universidad Vasco de Quiroga (UVAQ), Raúl Martínez Rubio, encabezó la ceremonia para conmemorar el aniversario luctuoso de “Tata” Vasco de Quiroga, a quien se le recuerda por su humanismo y por ello es un ejemplo a seguir.
Raúl Martínez Rubio fue el orador oficial en el acto luctuoso en honor al Tata Vasco, en la ciudad de Pátzcuaro, Michoacán, en donde yacen los restos del destacado humanista y fundador espiritual de la institución.
Ante la invitación del Presidente Municipal de Pátzcuaro, Julio Alberto Arreola Vázquez, el rector Raúl Martínez Rubio recordó la extensa labor de Vasco de Quiroga, abarcando desde la evangelización hasta la reconciliación entre indígenas y españoles, así como su impacto en ámbitos económicos, sociales, políticos y culturales.
Lo destacó como uno de los precursores del humanismo mexicano, haciendo énfasis en su enfoque práctico, como señalara Gabriel Méndez Plancarte.
Raúl Martínez Rubio resaltó también el llamado al humanismo concreto, destacando la vivencia plena y la entrega absoluta a los semejantes, enfatizando en la austeridad, la honestidad y la integridad que representaba Vasco de Quiroga. Hizo hincapié en la relevancia de aprender del legado del Tata Vasco en diversas responsabilidades humanas, como lo familiar, social, educativo, político y religioso.
En su discurso, el Rector de la UVAQ reflexionó sobre las crisis actuales, señalando que aunque el mal se difunde, el bien lo hace aún más, por lo que hizo un llamado a la necesidad de más figuras como Vasco de Quiroga, para contrarrestar problemas como la inseguridad, la violencia, la corrupción y la pobreza, subrayando la importancia de enfrentar la crisis antropológica.
Raúl Martínez Rubio destacó que el legado de Vasco de Quiroga perdura en su obra, tanto en la sociedad como en el ámbito humano en Michoacán, y señaló que su proceso de canonización está en curso, en espera de un milagro según la voluntad de Dios.
➡ Suscríbete a nuestra edición digital
Finalmente, el Rector concluyó su intervención con las palabras del mexicano Nemesio Rodríguez Lois sobre Don Vasco de Quiroga, destacando su excepcionalidad y la necesidad de reconocer su vida con reverencia.