Cuatro años han pasado desde que Alma Lilia Tapia, se convirtió en madre buscadora tras la desaparición de su hijo Daryl, luego de que un comando armando irrumpiera en su negocio de carne ubicado en el municipio de Villagrán, desde entonces cada día se ha convertido en un calvario lleno incertidumbre y angustia , que ha hecho que el 10 de mayo se convierta en una fecha sin sentido para ella.

Fue el 1 de Mayo del 2018, exactamente nueve días previos al Día de las Madres, cuando su vida dio un giro de 360 grados, una fecha que continúa presente en su mente, pues paso de ser una entrenadora a una madre buscadora, desde entonces se esfumaron las flores, los regalos y los apapachos, todo ellos se transformaron en angustia al no conocer el paradero de su hijo.

Para Alma, este 10 de mayo será la quinta conmemoración del día de las madres con la mesa vacía sin la presencia de su hijo Daryl, sin sus abrazos, sin su amor, sin su cariño, un año más llenó de angustia y soledad, en una de las fechas más importantes para todas las mamás del país.

“Con el tiempo las madres de personas desaparecidas nos volvemos calladas, empezamos a perder peso a perder el brillo que nos caracteriza a vernos cansadas, para nosotras, todos los días son angustiosos y dolorosos, porque estas fechas nada cambia ese vacío tan grande que queda al perder un hijo”, dijo.

Aún así, Alma ha sacado fuerzas del dolor, para sumergirse en una travesía que no ha sido nada sencillo, pero que le ha permitido distraerse y redireccionar su vida hacia la búsqueda de personas, haciendo del pico y la pala sus principal compañía y cuya esperanza más grande es darle el último adiós a su hijo.

“A nosotras mamás buscadoras no nos da miedo salir a exacerbar con picos y palas a cualquier lugar por más lejano que este, porque sabemos que tarde o temprano llegaremos a ellos. Yo sé que pronto podre encontrar a mi hijo, mientras tanto seguiré en la lucha alzando la voz y haciendo visible la desaparición forzada de personas”, indicó.

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Fue precisamente la pérdida de su hijo, lo que hizo que Alma Lilia se convirtiera en una líder social, y fundara Salamanca Unidos Buscando Desaparecidos, colectivo que le ha permitido conocer a otras 41 madres en su misma situación, pero también ha llevado a más de 80 familia la esperanza de reencontrarse con sus seres queridos.

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