Para quienes viven de la pepena o recolección de polietileno tereftalato (PET), cada día representa un reto el recorrer grandes distancias de calles en colonias o comunidades, sin que importen las condiciones climatológicas.
El reciclaje en nuestro país ha llegado a generar tres mil millones de dólares al año, en las actividades que van desde los pequeños recolectores, hasta las grandes industrias, de acuerdo con la Asociación Nacional de Industrias del Plástico (Anipac).
En Salamanca se estima que son cientos las familias que han encontrado un sustento económico en esta actividad que también contribuye a preservar el medio ambiente y los recursos naturales.
Estela Rodríguez compartió a El Sol de Salamanca parte de su historia que la llevó a involucrarse en esta actividad y que la ayudó a encontrar solvencia económica.
“Yo empecé hace tres años, todavía en tiempo de la pandemia, luego de que perdí mi empleo por cuidar a mi hijo; él que tuvo un altercado con unas personas que hicieron que casi perdiera su ojo, le tuvieron que hacer cirugía y que estuvo internado, por eso me ausenté de mi trabajo y lo perdí, pero gracias a esta actividad hemos salido adelante, aunque hay días buenos, también hay días malos, es como cualquier otro trabajo, que tiene su chiste y cuesta trabajo, pero gracias a Dios y al esmero de cada día pudimos solventar nuestras deudas de los gastos médicos y ahora esta actividad la realizo de manera habitual como mi trabajo, que nos sigue ayudando a salir adelante”, relató la madre de familia.
México, entre los mayores productores de PET
De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), México se encuentra entre los países que produce mayor cantidad de PET, debido al alto consumo de refrescos y de agua embotellada. Se estima que al año se producen 200 botellas por cada mexicano, de las cuales en 2023 se recuperaron 547 mil toneladas, que según datos de la asociación civil Ecoce, 62.2% se destina para fabricar envases nuevos, mientras que 30.3% se emplea para la fabricar de otro tipo de envases y empaques y 7.5% restante a la producción de fibras.
Asimismo se estima que por una tonelada de este material reciclado se deja de emitir hasta tres toneladas de dióxido de carbono y de utilizar alrededor de 640 litros de combustible que se puede ser aprovechado en otro tipo de procesos.
“Es muy variada la cantidad que se puede recoger de un día a otro, hay ocasiones en qué podemos juntar tres, cinco o hasta 10 kilos, pero hay otros en los que es muy poco debido a que muchas más personas se dedican a esto, no solo en el PET sino en todo lo que se pueda reciclar aluminio, fierro, cartón, plástico, todos estos materiales que de alguna manera son la basura de muchas personas, pero para nosotros es una fuente de ingreso que nos ayuda a sacar adelante a nuestras familias”, consideró.
Al igual que Estela existen muchas personas en la ciudad dedicadas a recolectar y vender materiales reciclables, que a diario se pueden observar recorriendo las rutas establecidas para la recolección de residuos sólidos urbanos en colonias y comunidades de Salamanca, ya sea a pie, en bicicleta e incluso a bordo de triciclos recorriendo las calles, buscando entre la basura, los materiales que recolectan.