Prevalecen tradiciones salmantinas

Calaveritas, borregos, canastas de fruta y platillos típicos principales figuras demandadas

Oswaldo Durán | El Sol de Salamanca

  · miércoles 11 de octubre de 2023

Calaveritas, borregos, canastas de fruta y platillos típicos principales figuras demandadas. / Fotos José Almanza | El Sol de Salamanca

La venta de dulces elaborados a base de azúcar glass, grenetina, limón y colores vegetales, anuncian la proximidad del Día de Muertos, producto de un trabajo artesanal que algunas familias han pasado de generación en generación, como la de Gloria Buzo Montenegro, que desde el pasado mes de febrero comienza su elaboración para que a partir de este mes puedan estar listos sus productos.

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A lo largo de cuatro generaciones, la familia de Gloria ha elaborado estas tradicionales figuras, trabajo que ha decir de ella aprendió de su mamá, quien a su vez lo aprendió de su abuela y ahora ella lo transmite a sus hijos y nietos, un trabajo simple, pero complejo, que requiere de dedicación, esmero y tiempo. “Nosotros batimos todo a mano, azúcar, limón y colores vegetales, la masa tiene que quedar bien suavecita y la mano es lo bueno para prepararla”, explicó.

Para el moldeado de figuras, se requiere entre dos o tres días, debido a que las piezas deben estar bien secas para poder armarlas, posteriormente se hace todo un trabajo de decoración que requiere tiempo, paciencia y mucha creatividad.

Con más de 40 años dedicándose a la venta de alfeñiques, Gloria ha logrado ampliar su galería, al crear nuevos diseños que se adaptan a la modernidad y las tendencias que surgen en el día a día. Dar forma a una calavera no es de los trabajos más sencillos y generalmente, tampoco lo es realizar la vestimenta de catrinas, calavera y otras figuras, se invierten algunas horas al día de para hacer varias figuras; “lo más laborioso es armar un borrego, los ataúdes, las canastas o platos de comida, porque se tiene que manipular en varias ocasiones la materia prima para dar el acabado correspondiente”, afirmó.

El culto a la muerte es uno de los elementos básicos del México prehispánico, cuando alguien moría se organizaban fiestas con el fin de guiarlo en su recorrido. Enterraban a sus muertos envueltos en un “petate” y les ponían la comida de su agrado por si llegaban a sentir hambre, así como algunos de sus objetos personales. Los aztecas hacían figuras para sus ofrendas de amaranto y otras pastas comestibles, se dice que estos son los primeros alfeñiques que conocieron los habitantes de nuestro continente.

La palabra alfeñique tiene su origen en el árabe y se usaba para llamar a la pasta de azúcar cocida y estirada en barras muy delgadas y retorcidas.