La charamusca es un dulce típico de Guanajuato y típico de las celebraciones de Semana Santa en este municipio. Sin embargo, debido a las restricciones por la Covid-19, vendedores tuvieron que reubicarse para rescatar esta tradición que amenaza con desaparecer.
Ramona Martínez Montoya es una artesana salmantina que desde hace mas de 40 años se dedica a la elaboración de este dulce tradicional. Gracias a su suegro Ramona aprendió la elaboración de charamuscas y acudía cada Semana Santa a las afueras del Santuario del Señor del Hospital.
Para elaborar este dulce, Ramona sigue el método tradicional que aprendió hace cuatro décadas. “Pongo a hervir el piloncillo cuando esta doradito, lo paso a una tina grande y luego a una piedra y se empieza a azotar hasta que se pone blanco y va agarrando la forma, esto lo hacemos mientras el piloncillo está caliente y por eso acabamos con las manos quemadas” dijo.
De dedicarse la familia completa a la elaboración y venta de charamuscas únicamente cuatro de sus integrantes incluida Ramona preservan esta tradición.
“Otros años era muy bonito ver tanta gente y de muchos lados visitar al Cristo Negro, ahora ya no nos dejaron, este dulce era la tradición y se está perdiendo. Ahora nos ha ido más menos, no como otros años las personas de las comunidades son las que más la compraban, las personas grandes principalmente pero ahora se está perdiendo el gusto” dijo.
Colocada en un pequeño espacio cerca del Mercado Municipal Tomasa Esteves, Ramona espera terminar sus charamuscas y confía que para el siguiente año la pandemia termine y pueda colocarse donde tradicionalmente lo hacía, cerca del Señor del Hospital.