La familia Beltrán Palomar, desde hace más de 50 años se dedica a la elaboración de palmas para el Domingo de Ramos que año con año acuden al templo de San Agustín a venderlas.

Originarios de Valle de Santiago, desde muy temprano llegaron a Salamanca para instalarse en la entrada del templo del San Agustín, por primera vez en mucho tiempo se encontraron vacío el lugar, sin presencia de otros comercios de ocasión que ofrecieran palmas.

La familia compuesta por cinco miembros, todos dedicados a la elaboración de palmas, se instalaron en el atrio de este templo cumpliendo con la sana distancia, sin ningún problema, pues eran los únicos vendedores de este artículo.

María Luna Beltrán Palomar señaló que la confección de las palmas la comienzan a preparar desde una semana antes de la festividad del Domingo de Ramos, un trabajo que realizan desde hace más de 50 años y donde toda su familia colabora.

“Normalmente hacíamos 25 palmas cada integrante de la familia, pero para esta ocasión elaboramos 25 por toda la familia (…). Teníamos que rifárnosla, sabíamos que no sería fácil y que las ventas estarían flojas, pero teníamos que intentarlo, mínimo, y aquí estamos desde las ocho de la mañana echándole ganas”, dijo.

El cogollo de palmera con el que elaboran la tradicional palma del Domingo de ramos la consigue de otras ciudades del estado y las apartan desde un año antes para los productores tengan tiempo de cosecharlas.

⬇️Da clic aquí⬇️

Luego comienzan a tejerla y le agregan algunos otros suplementos como la manzanilla, la hoja de laurel, albahaca o el romero. “La gente que las compra acostumbran colocarlas en una cruz o cuadro, ya que para algunas personas la palma tiene la cualidad de ahuyentar las malas vibras, mientras que otros utilizan sus suplemento para aliviar un dolor de estomago”, explicó la comerciante.

Pese a la poca afluencia de personas, esta familia guarda la esperanza de que las condiciones de salud mejoren para bien y eso les permita que el próximo año puedan vender sin restricciones.