Salamanca, Gto. Familiares y amigos dieron el último adiós a Emiliano, menor de tres años de edad que falleció este lunes, luego de ocho días hospitalizado en el Centro Estatal de Cuidados Críticos de Salamanca por las lesiones que sufrió tras una explosión de pirotecnia, durante la procesión religiosa que se dirigía a la comunidad de La Luz, el pasado 28 de mayo.
➡ Suscríbete a nuestra edición digital
La misa de despedida, se llevó a cabo en el templo de Nuestra Señora de La Luz, en la comunidad que lleva el mismo nombre a las 12:00 del día y contó con la presencia de más de 200 personas, además de la maestra de preescolar de Emiliano, quien realizó el último pase de lista para recordar al menor.
Posteriormente, entre porras, lágrimas y música, los familiares, amigos y conocidos, iniciaron un recorrido por las calles principales de la comunidad de La Luz rumbo al panteón de Villas de la Paz, en donde a partir de este miércoles descasará el cuerpo de Emiliano.
Durante la caravana, se pudo observar una pancarta con el siguiente mensaje: “Un ángel nace en el cielo. Que cuando sus manos se cierran en la tierra, dos alas se despliegan en la eternidad. Dicen que, cuando un niño deja de palpitar, un corazón limpio y puro late junto al de Dios. Que cuando dos pies inocentes dejan de caminar. Un gran sendero, con flores y plantas, espere en lo más alto de la cumbre. Dicen que, cuando un niño deja de vivir. Dios lo recoge para que siga viviendo eternamente".
El fallecimiento de Emiliano, conmocionó a la población salmantina, quienes de manera inmediata brindaron todo el apoyo a la familia, pero también, exigieron una mayor regulación en la compra, venta y uso de los artefactos pirotécnicos por parte de las autoridades correspondientes, con la finalidad de evitar accidentes y daños al medio ambiente.
El alcalde César Prieto Gallardo, había señalado la importancia de regular el uso de pirotecnia, principalmente en las comunidades, en donde esta actividad, continúa siendo muy recurrente.
Actualmente, son dos los menores que permanecen en observación, luego de la explosión de pirotecnia el pasado 28 de mayo; uno permanece en el Centro Estatal de Cuidados Críticos de esta ciudad y un bebé de dos años y 10 meses que desde el pasado miércoles es atendido en el hospital de Galveston, Texas, Estados Unidos.