Dentro del marco del 421 aniversario de Salamanca, a lo largo del tiempo el municipio ha realizado diversos cambios de nombres en algunas calles de la ciudad, principalmente en el primer cuadro de la ciudad.

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El pasar por las calles de Salamanca, es un viaje al pasado, es recordar calles viejas, sus nombres, sus fachadas, es hacer homenaje a los hombres y mujeres que trabajaron para forjar lo que ahora es Salamanca.

Salamanca es el fruto de una devoción profunda por su historia de 421 años de su fundación. Salamanca representa lo que somos, lo que fuimos y lo que queremos ser. A través de las calles recorrimos el municipio para conocer un poco la historia de la ciudad, la cual gracias a los esfuerzos, por nuestros lejanos y próximos antepasados se logró fundar este municipio tan importante para el estado de Guanajuato.

La sociedad en que actualmente convivimos, no es la aparición casual de un hecho, sino la lenta y afanosa elaboración de cuatrocientos seis años de perseverante trabajo; por ello, tenemos el deber y una seria responsabilidad de respetarla y engrandecerla.

El orgullo de ser salmantino, debe ser construido desde el interior de sus habitantes, el amor por Salamanca debe darse estudiando su historia de cuanto los habitantes sepan los esfuerzos que necesitaron nuestros antecesores para crear y hacer crecer este municipio, tierra de nuestros antepasados.

Las calles de una ciudad son las venas de la misma, el sitio por el que fluye la sangre, en donde se siente el pulso de la vida de la ciudad y sus habitantes. Son en las calles donde se escribe la historia cotidiana de un pueblo, de sus haberes y sus sinsabores, de sus tragedias y las hazañas épicas de sus hijos. Las calles de una ciudad son la historia viva de su pueblo y un testimonio atemporal del pasado de sus habitantes y la identidad local.

Caminar por las calles de Salamanca, a diferentes horas del día y durante las diferentes estaciones del año es una experiencia tan enriquecedora y tan cambiante como el mismo correr del tiempo.

➡Salamanca cumple 421 años de su fundación

Algunas de las calles de Salamanca que presentaron algunos cambios en sus nombres fueron Ignacio Allende, Ignacio Zaragoza y Vicente Guerrero por mencionar algunas. A través del archivo histórico del municipio se consiguió la siguiente información.

El nombre que actualmente lleva esta calle, una de las principales de la ciudad, nos recuerda a quien fuera el héroe de la Batalla de Puebla el 5 de mayo de 1862, el general Ignacio Zaragoza quien, en una batalla excepcional, derrotó completamente a los invasores franceses para luego enviar al presidente Juárez aquel breve informe informando sobre el resultado de la batalla: "Las armas nacionales se han cubierto de gloria. Las tropas francesas se portaron con valor en el combate y su jefe con torpeza".

En el siglo XIX, sin embargo, esta calle fue nombrada de diferentes maneras al correr de los años. Nombres tan pintorescos como "La calle de las Flores", "La calle del Jardín", "La calle de los Alpes" o "La calle del Deseo" constituyeron su nomenclatura durante ese periodo histórico.

Mientras la calle Ignacio Allende fue bautizada en honor del gran insurgente guanajuatense don Ignacio Allende y Unzaga, capitán del Ejército Realista de la Nueva España, pero simpatizante de las ideas liberales y del proyecto de independencia del país y uno de los iniciadores de la lucha armada, durante la cuál se hizo famoso por su ética, su honor y su caballerosidad en el mando. Siempre partidario del orden y del respeto a la población civil y a los prisioneros de guerra, Allende fue traicionado y junto con otros insurgentes, apresado, juzgado y fusilado. Su cabeza fue una de las que fueron expuestas en una de las esquinas de la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato hasta 1821. Actualmente sus restos descansan en la Columna de la Independencia en la Ciudad de México.

La calle Allende es una de las calles originales de la Villa de Salamanca, trazada en la época de la fundación y nombrada primeramente como "La calle de la Acequia". Una acequia es un canal, construcción de origen árabe, por el cual se conducen las aguas para riego, utilizando los planos y niveles del terreno para la conducción y distribución del agua.

La calle Vicente Guerrero es otra de las que ha tenido varios nombres al correr del tiempo. Durante el siglo XIX fue llamada "La Calle de Carreras", ya que por ser la más ancha de la población era utilizada para llevar a cabo carreras de caballos. "La Calle del Hospicio", en referencia probablemente al hospicio de San Vicente de Paul, actual asilo de ancianos. "La Calle del Teatro", por ubicarse en ella el entrañable Teatro Juan Valle y "La Calle del Palomo".