La familia Martínez nunca imaginó que el Coronavirus llegaría a su hogar y que contagiaría a cuatro de sus miembros. Afortunadamente hoy se han recuperado todos, aunque ahora están aprendiendo a vivir con las secuelas de la enfermedad.
En entrevista, Martín y Laura relatan la experiencia que les dejó este padecimiento y cómo, además de sufrir los malestares físicos, también sobrellevaron el rechazo de la gente que sigue siendo discriminatoria con las personas que han sufrido la enfermedad.
Martín, el jefe de la familia, se mantenía en aislamiento total, sin embargo fue el primero en presentar síntomas y ser llevado al Seguro Social debido a que su estado de salud se tornó delicado. Lo que lo llevó a permanecer por cinco días en hospitalización.
“Estando internado en el Seguro (Social) tuve mucho miedo. Yo pensaba que no iba salir, por lo que ves (ahí). En la sala había tres camas. Al día siguiente que yo llegué sacaron a una persona en una bolsa (plástica) y luego el de (la cama de) enfrente y así conforme pasaban los días empezaron a sacar más personas y da miedo.
Yo pensaba 'hasta aquí llegue', ya nadie me va ver y ni yo podré ver a mi familia. Entonces se le mete a uno la idea a la cabeza que ya no va a salir. Me entregué a Dios y le dije: 'que se haga tu voluntad'. Si salgo, bueno y si no, pos ya ni modo”, dijo.
Por su parte, Laura, hija de Martín, también se contagió. “No sé dónde me contagié, tal vez fue por mi papá; yo a diario le tomaba la presión, la saturación, lo atendía y pese a que usaba cubrebocas, gel antibacterial y las medida sanitarias, pasó, salí positiva.
Cuando me realizaron la prueba tenía dolores de cabeza, pero cuando te enteras que tienes Covid- 19 es lo peor, inmediatamente comencé a sentir dolor en el pecho, el dolor de cabeza muy fuerte y me faltaba la respiración”.
Martín explicó cómo ser portador de Coronavirus no sólo genera malestares físicos ya que anímicamente también hace estragos, pues el aislamiento provoca un sentimiento de soledad y rechazo.
“Sientes como si no te quisieran porque estás solo. Llegan a verte, te dan comida o agua y se van, no puedes ver a nadie o platicar con alguien, ésta es una de las cosas más difíciles, sientes como si tu familia te rechazara, si bien sabes que es por seguridad es algo que se siente”, dijo Martín.
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Aunque han pasado dos meses desde que cuatro miembros de la familia enfermaron de Covid 19, hoy están aprendiendo a vivir con las secuelas, pues pese a que ya no son positivos siguen padeciendo dolores de garganta, dolor en el pecho, malestar en los oídos. Padecimientos que, a decir de los propios médicos, tendrán que aprender a vivir con ellos.
Hoy la familia Martínez narra su experiencia esperando hacer conciencia en las personas para que se cuiden, atiendan las medidas sanitarias y sobre todo para que la ciudadanía sea comprensiva y empática con quienes han padecido la enfermedad.