María Fernanda Martínez de 22 años de edad, luego de haber padecido covid-19, es consciente que con la vacuna puede proteger a su madre de 60 años y su hijo, pues considera que al no estar inmunizados los jóvenes pueden ser portadores del virus y contagiar a las personas que están a su alrededor.
La motivación más grande de Fernanda, para acudir a vacunarse es su trabajo y su familia y tanto el haberse contagiado, ya que sabe que obtuvo que una vez infectada generas anticuerpos, pero no la exenta de seguir siendo portadora.
Durante el tiempo que estuvo en confinamiento, fue muy complicado para ella, pues considera que las instituciones gubernamentales de salud cuentan con un sistema deficiente y lo mismo sucede mientras estaba en casa al no tener los equipos necesarios para atenderte este tipo de enfermedades.
“Estuve trabajando en casa y fue muy tedioso porque de por si de manera presencial es complicado, ahora cuando trabajas en línea las cosas resultan un poco lentas provocando que todos se atrasen más”, explicó Mari Fernanda.
“El haberme contagiado no me motivó, pero sí lo hizo el sentido de responsabilidad, porque uno puede seguir siendo portador del virus y depende de la vida que lleves o cómo te desenvuelvas sí es preciso, en mi caso yo salgo mucho fuera si estoy con mucha gente entonces hoy puedo ser portadora del virus y llevarlo a las demás personas o a mi mamá que es una persona de 60 años ya mi hijo protegerlos y cuidarlos, eso fue lo que me motiva a estar aquí”, señaló.
Añadió, que aunque no está segura de la efectividad de la vacunada, pero sí que es importante hacerlo para prevenir y protegerse, María Fernanda estuvo esperado para ser vacunada por más de dos horas, pero la paciencia jamás se le agoto debido a la rapidez con la que avanzaba la fila y con la mentalidad de cuidar a quienes más ama.