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La escasez de agua embotellada de marcas comerciales ha dado la pauta para que otro nicho de mercado, como el de las purificadoras, conocidas también como garrafoneras, hayan registrado una alta demanda en su producto, incluso de más de 100%, llegando a surtir entre 150 y 200 garrafones al día en solo un expendio, así lo informó Jorge Hernández dependiente de uno de los expendios con mayor número de sucursales en Salamanca.
“En las últimas semanas hemos tenido más demanda, sobre todo en venta al por menor, es decir, personas que vienen y surten tres o hasta cinco garrafones, ya que también nosotros damos servicio a mayoristas, que son quienes se surten de aquí para vender a domicilio en colonias o comunidades (…) al menos en esta sucursal sacamos 150 diarios, pero hay veces que los del agua de marca no traen o tardan en surtir y ahí se nos eleva hasta 200”, compartió.
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En este aspecto, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), a través de la Norma Oficial Mexicana NOM-201-SSA1-2015, establece las características y especificaciones sanitarias que deben cumplir el agua y el hielo para consumo humano que se comercialice preenvasado o a granel y los establecimientos que se dediquen al proceso o importación de dichos productos.
Por su parte, Jorge Hernández explicó que en la purificadora que labora se cuenta entre siete y nueve procesos para potabilizar el agua, para que sea ideal para el consumo humano.
“Yo creo que las purificadoras son una mejor opción para los clientes, si bien también en abastecedoras automáticas se emplea agua purificada, la manipulación de instrumentos, recipientes y el propio llenado es mejor con la atención de una persona que cumple con las normas de salubridad, realiza el lavado de los garrafones y el sellado de estos en un área que debe estar esterilizada, a diferencia de que en las máquinas muchas veces se llenan garrafones sin lavar, muchas personas tienen contacto incluso con la línea de llenado y las tapaderas, lo que puede generar que haya más microbios en sus garrafones y en el agua que consumen”, determinó.
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En Salamanca operan más de 120 purificadoras, en las que se realiza la cloración, filtración a través de lecho profundo, filtración a través de carbón activado, por cartucho, suavización, rayos ultravioleta y ozonificación, mismas que periódicamente están sujetas a la supervisión de la Cofepris, para garantizar se entregue a los consumidores un producto que sea de calidad y cumpla con los requerimientos que establece la Secretaría de Salud.
En cuanto a las medidas de sanidad que pueden emplear los consumidores, Jorge Hernández recomendó que revisen sus garrafones, que no tengan polvo u otros residuos.
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“Si acuden a una purificadora que el personal porte cubrebocas, guantes, cofia y que lave su recipiente; si van a una dispensadora automática, que la puerta, llave y todo lo demás este o al menos se vea limpio, tomar solo las tapas que usaremos, no abrir ni manipular más, para no exponer a otras personas a gérmenes”, indicó.
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