/ lunes 23 de septiembre de 2024

Goyo, el adulto mayor de Salamanca que lleva 11 años desaparecido

Desapareció un 27 de agosto de 2013

Angustia, dolor e incertidumbre son los principales sentimientos de Mariana Domínguez Luna, quien a lo largo de 11 años no han mermado la esperanza de conocer el paradero de su padre, Gregorio Domínguez Razo, quien desapareció un 27 de agosto de 2013.

En aquella ocasión, Goyo, como lo conocían, salió de su hogar ubicado en la colonia Albino García para realizar una recarga, sin embargo, desde entonces se desconoce el paradero de éste.

Goyo también era conocido como El Sopas, pues era un personaje que era muy identificado dentro y fuera de las canchas de la Liga Salmantina en la que se desempeñó como árbitro, hasta antes de sufrir un derrame cerebral que lo alejó de las canchas.

“Ha sido muy difícil, para mí es un tema muy delicado, a mí me pesa mucho el no saber si ya comió, si durmió, si está enfermo, si está con vida, sin importar las circunstancias, siempre estamos pensando en él, así pasen muchos más años seguiremos pensando en él”, relató Mariana.

La vida de Mariana, su hermana y dos hermanos, dio un vuelco desde 2011, año en el que falleció su madre; un año después, en 2012, su padre sufrió un derrame cerebral, por lo que estuvo convaleciente alrededor de un año, hasta el día que desapareció en 2013.

“Mi papá no tuvo secuelas que afectarán su movilidad o su capacidad de discernir, él se acordaba de sus hijos, se acordaba de sus nietos, sabía dónde vivía, sí tenía episodios en los que tenía regresiones en las que decía ‘voy a jugar’, ‘voy a la prepa’, pero en cuestión de cosas que él vivió, no tenía alucinaciones ni desvariaba, incluso, algo muy curioso es que siempre que se subía a un taxi daba su antigua dirección en la zona centro y es lo que se nos hace más raro, si él abordó un taxi, por qué no llegó a esa dirección”, agregó.

El 27 de agosto de 2013, Gregorio Domínguez salió del domicilio donde vivía con una de sus hijas en la colonia Albino García, con rumbo a poner una recarga, sin embargo, nunca llegó a la tienda; en aquel entonces vestía playera blanca con manga corta, pantalón de mezclilla azul con zapatos negros.

“Lo vieron por última vez afuera de la colonia Las Torres, abordó un taxi que lo dejó frente a una abarrotera en el bulevar Clouthier, las cámaras que estaban en los semáforos en ese entonces no servían, desde entonces no hemos sabido de su paradero”.

Desde ese momento, Mariana y sus hermanos comenzaron a buscar a su padre a lo largo y ancho del municipio; a pesar de ello y de que Goyo era muy conocido debido a su faceta de árbitro en la Liga Salmantina, no hubo indicios que seguir, ni quién pudiera aportar información sobre su paradero, al contrario, las redes sociales jugaron en contra, debido a que comenzaron a recibir llamadas por supuesto información, pero que al final solamente intentaban extorsionarlos.

“A veces recibíamos llamadas de que mi papá estaba en determinado lugar, que estaba enfermo, muy deteriorado, pero siempre con el fin de que les diéramos dinero, es decir, solo llamaban para extorsionarnos, por eso lo dejamos de buscar a través de las redes sociales; en una ocasión nos fuimos hasta Guadalajara, porque nos mandaron una foto supuestamente de mi papá en un albergue, no nos dieron más información y nosotros estuvimos buscando pero en esos lugares, no nos dieron información, además de que en esa ciudad hay más de 90 albergues”, recordó.

Como la historia de Mariana hay miles en el estado, que se apilan en las carpetas de investigación de la fiscalía, a pesar de ello las familias no dejan de buscar a sus seres queridos y mantienen la esperanza de volverse a encontrar con ellos, aunque el proceso de búsqueda resulta complicado emocional y físicamente.


Angustia, dolor e incertidumbre son los principales sentimientos de Mariana Domínguez Luna, quien a lo largo de 11 años no han mermado la esperanza de conocer el paradero de su padre, Gregorio Domínguez Razo, quien desapareció un 27 de agosto de 2013.

En aquella ocasión, Goyo, como lo conocían, salió de su hogar ubicado en la colonia Albino García para realizar una recarga, sin embargo, desde entonces se desconoce el paradero de éste.

Goyo también era conocido como El Sopas, pues era un personaje que era muy identificado dentro y fuera de las canchas de la Liga Salmantina en la que se desempeñó como árbitro, hasta antes de sufrir un derrame cerebral que lo alejó de las canchas.

“Ha sido muy difícil, para mí es un tema muy delicado, a mí me pesa mucho el no saber si ya comió, si durmió, si está enfermo, si está con vida, sin importar las circunstancias, siempre estamos pensando en él, así pasen muchos más años seguiremos pensando en él”, relató Mariana.

La vida de Mariana, su hermana y dos hermanos, dio un vuelco desde 2011, año en el que falleció su madre; un año después, en 2012, su padre sufrió un derrame cerebral, por lo que estuvo convaleciente alrededor de un año, hasta el día que desapareció en 2013.

“Mi papá no tuvo secuelas que afectarán su movilidad o su capacidad de discernir, él se acordaba de sus hijos, se acordaba de sus nietos, sabía dónde vivía, sí tenía episodios en los que tenía regresiones en las que decía ‘voy a jugar’, ‘voy a la prepa’, pero en cuestión de cosas que él vivió, no tenía alucinaciones ni desvariaba, incluso, algo muy curioso es que siempre que se subía a un taxi daba su antigua dirección en la zona centro y es lo que se nos hace más raro, si él abordó un taxi, por qué no llegó a esa dirección”, agregó.

El 27 de agosto de 2013, Gregorio Domínguez salió del domicilio donde vivía con una de sus hijas en la colonia Albino García, con rumbo a poner una recarga, sin embargo, nunca llegó a la tienda; en aquel entonces vestía playera blanca con manga corta, pantalón de mezclilla azul con zapatos negros.

“Lo vieron por última vez afuera de la colonia Las Torres, abordó un taxi que lo dejó frente a una abarrotera en el bulevar Clouthier, las cámaras que estaban en los semáforos en ese entonces no servían, desde entonces no hemos sabido de su paradero”.

Desde ese momento, Mariana y sus hermanos comenzaron a buscar a su padre a lo largo y ancho del municipio; a pesar de ello y de que Goyo era muy conocido debido a su faceta de árbitro en la Liga Salmantina, no hubo indicios que seguir, ni quién pudiera aportar información sobre su paradero, al contrario, las redes sociales jugaron en contra, debido a que comenzaron a recibir llamadas por supuesto información, pero que al final solamente intentaban extorsionarlos.

“A veces recibíamos llamadas de que mi papá estaba en determinado lugar, que estaba enfermo, muy deteriorado, pero siempre con el fin de que les diéramos dinero, es decir, solo llamaban para extorsionarnos, por eso lo dejamos de buscar a través de las redes sociales; en una ocasión nos fuimos hasta Guadalajara, porque nos mandaron una foto supuestamente de mi papá en un albergue, no nos dieron más información y nosotros estuvimos buscando pero en esos lugares, no nos dieron información, además de que en esa ciudad hay más de 90 albergues”, recordó.

Como la historia de Mariana hay miles en el estado, que se apilan en las carpetas de investigación de la fiscalía, a pesar de ello las familias no dejan de buscar a sus seres queridos y mantienen la esperanza de volverse a encontrar con ellos, aunque el proceso de búsqueda resulta complicado emocional y físicamente.


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