Raúl Morales Salas y Juana Ortíz, son un matrimonio de medio siglo que han traído a Salamanca, uno de los tesoros gastronómicos leoneses; la Guacamaya, un platillo típico de esta región, sencillo pero con mucho sabor, tradición y sobre todo picor, a diario los panzas verdes recorren las calles de la ciudad desde la colonia Lázaro Cárdenas en busca de generar ingresos, a pesar de las adversidades que afrontan en el día a día como la falta de un permiso para poderse establecer y el cansancio que representa deambular por diferentes zonas hasta las 18 horas que regresan a su hogar.
“Tenemos un año vendiendo en Salamanca, nada más que ya había dejado de vender por la cuestión de que se me había puesto mala y se nos fue para abajo el negocio, diario salimos de la colonia Lázaro Cárdenas para recorrer todo Salamanca, desde muy chico yo traigo este trabajo ya, desde la edad de 15 años, ya tengo 71 años vendiendo, venimos León, por eso ya me acostumbre a vender Guacamayas”, compartió Raúl.
En cuanto a las ventas y aceptación de este platillo en la capital petrolera del estado, reconoció que ha sido proceso progresivo, sin embargo, hay lugares o zonas en los que su producto es mayormente demandado, como la periferia del mercado, de campos deportivos e incluso de cervecerías y vinaterías, sin embargo, a pesar de los esfuerzos e intentos se le ha negado un permiso para establecerse de manera semifija en alguno de estos puntos, en donde constantemente es acosado por inspectores de Fiscalización y Control, que ya en una ocasión le decomisaron mercancía e confiscaron su carrito, del cual tuvo que pagar una multa para liberarlo.
“Ahorita ha ido despacio, esperamos seguir progresando, que sigamos trabajando, ya que nosotros dependemos de él para vivir (…) ha sido complicado, pero por ganas no vamos a parar, no me han querido dar un lugar, la otra vez me quitaron el carrito en el jardín y me cobraron mil pesos por sacarlo, yo quiero trabajar bien, pero estas gentes no me dejan, quisiera ver si puedo hablar con el Alcalde, para que nos apoye”, añadió.
En cuanto a su receta de la salsa de pico de gallo, el leonés mencionó que su base es igual a todas, jitomate, cebolla, un poco de cilantro y chile, pero el toque especial, que ha logrado es precisamente en el balance de los sabores que acompañan al bolillo, chicharrón y aguacate, los ingredientes originales de este platillo tan famoso de León, Guanajuato. “Mi especialidad es la salsita, va bien picosita, con un sabor original, junto a la receta, pues muchos le ponen huevo o cueritos, pero la original va así, chicharrón, bolillo, salsa y si a caso aguacate”.