Salamanca, Gto.- La escases de mojarra entera y en filete ha generado un ligero desabasto entre los comerciantes de pescado y mariscos, sin embargo buscan mantener los precio para no afectar más la economía de los consumidores y que las ventas no caigan más, lo que generaría el cierre de negocios.
Actualmente las ventas de pescado y mariscos cayeron en un 30% respecto del año pasado a partir del confinamiento social y la crisis económica, informó Luis Alberto Hernández encargado de un negocio del ramo en el Mercado Municipal Tomasa Esteves.
A partir del último incremento de precios hace casi un año, los precios se han mantenido casi estables con sólo pequeñas variaciones de enero a la fecha, notándose un ajuste mínimo sobre todo en la variedad de mojarra, tanto en filete como entero.
“Actualmente han escaseado el productos, principalmente la mojarra”, la cual no ha variado su precio aún con este desabasto con la finalidad de que los consumidores no dejen de comprar y no se afecten más los negocios, ya que estarían en riesgo de cerrar.
informó que la mojarra se mantiene 50 pesos, el ceviche, en 100; el camarón para caldo, en 160, el filete en 88; el bagre, en 60 y el pescado plateado en rebanadas en 80 pesos.
El comerciantes de productos del mar señaló que las ventas hasta antes de la pandemia del Covid-19 se ubicaban en un 80%, lo cual es considerado como positivo, sin embargo desde poco antes de la temporada de Cuaresma pasada, cayeron en un 30%.
Dijo que hasta antes de la Cuaresma en su establecimiento se vendían hasta 200 kilos mensuales de pesado, sin embargo ahora cayó drásticamente y solo se comercializan unos 100 kilogramos debido a la falta de circulante en la ciudad.
⬇️Da clic aquí⬇️
Sobre las condiciones sanitarias del pescado y mariscos Alberto Hernández informó que el producto se mantiene siempre bien refrigerado para evitar que se descomponga con el incremento de la temperatura ambiental, además de que tienen constantes visitas de verificación de de personal de la Jurisdicción Sanitaria V.
Ilustró al decir que cuando se adquiere un pescado este no debe estar “flojo” ni con los ojos secos y hundidos, además de que las branquias deben ser de un rojo brillante y no de un café opaco, lo que significaría que el producto ya no está en buenas condiciones.