El huizache, según la dirección de Medio Ambiente municipal, es conocido como un árbol regenerador del suelo y suele encontrarse en áreas silvestre o zonas rurales y es una especie endémica que ahora será usada para regenerar suelos en el municipio.
Aunque regularmente es percibida como un arbusto espinoso y poco atractivo, el huizache es una especie resistente y valiosa para el medio ambiente, especialmente en zonas rurales. Además, se trata de una planta nativa beneficiosa en proyectos de reforestación y recuperación de suelos, de acuerdo a lo señalado en la Paleta Vegetal.
El huizache, originario del estado de Guanajuato, se adapta a suelos pobres y con bajos niveles de nitrógeno, un nutriente esencial para el crecimiento vegetal. Durante la primera etapa de reforestación, esta planta contribuye a enriquecer el suelo, facilitando la recuperación de terrenos degradados. Una vez mejorada la calidad del suelo, en una segunda fase, es posible introducir otras especies que requieren más nutrientes.
Recientemente, la Dirección de Medio Ambiente municipal anunció la llegada de huizache al vivero local, destacando los beneficios de esta planta nativa en proyectos de reforestación y recuperación de suelos.
Se trata de una planta nativa especialmente adecuada para zonas rurales, donde el acceso al agua es limitado. Su capacidad para sobrevivir con poca agua, lo que le convierte en una opción ideal para la restauración ecológica en regiones áridas y semiáridas.
El huizache pertenece a la familia Fabaceae, es un árbol deciduo, pequeño y espinoso, de hasta 12 m de altura, con tronco raramente mayor a 25 cm de diámetro y una copa que se extiende ampliamente y es plana en la parte de arriba.
También el huizache es un árbol que también puede ser utilizado para estabilizar bancos de arena, frenar el avance de las arenas movedizas, conservación de suelo, control de la erosión, así como la recuperación de terrenos degradados (suelos químicamente degradados), por mencionar algunos.
Esta planta habita en climas cálido, semicálido y templado, de 100 y mil 900 metros sobre el nivel del mar y está asociado a terrenos de cultivo de riego y anuales y se pueden encontrar en zonas áridas y semidesérticas de México pues resulta ser una de las especies más resistentes a las sequías prolongadas.
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Así, en Salamanca se está apostando por esta especie para regenerar suelos, sobre todo en aquellos lugares afectados por la contaminación.