Un total de 83 accidentes son los que se registran en lo que va del 2024, de esta cifra 56 personas resultaron lesionadas y cinco fallecidas, una problemática que va en crecimiento derivado al excesivo uso de motocicletas, lo que ha impulsado en la dirección de movilidad y Transporte a reforzar los operativos para estos vehículos, así lo informó Daniel Pérez Sequera, titular de la dependencia.
“Nosotros estamos trabajando muy arduamente en el problema del motociclismo. Este no es un problema exclusivo de Salamanca, sino de muchas ciudades del país, debido al gran crecimiento en el uso de motocicletas”, afirmó Pérez Sequera.
Agregó que la dependencia realiza operativos diarios bajo una política de tolerancia cero, enfocada en concientizar a los conductores sobre la importancia de utilizar equipo de protección, especialmente el casco, y de portar la documentación necesaria para circular.
Pérez Sequera señaló que, a pesar de los esfuerzos, el operativo no puede detenerse. “Si dejamos de realizar los operativos por un solo día, los accidentes se reflejan inmediatamente en las estadísticas”, explicó.
En cuanto al perfil de los accidentados, el director destacó que la mayoría son jóvenes menores de 22 años y que las motocicletas involucradas suelen ser de bajo cilindraje. Las zonas más afectadas son el centro y el norte de la ciudad, específicamente en el cuadrante que abarca las calles Zaragoza, Guerrero, Hidalgo y Obregón.
“Seguiremos trabajando para reducir estos índices y evitar más tragedias”, concluyó.
En México la mala cultura vial es la segunda causante de orfandad de niños y niñas; los accidentes viales son la razón por la que al año 40 mil mexicanos quedan permanentemente incapacitados y 750 mil sufren heridas graves.
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Las consecuencias de los percances viales afectan a familias enteras, no solamente a la persona que lo vive y que en algunas ocasiones no lo sobrevive, los estragos impactan a mayor escala en la salud pública y en la economía de las ciudades y del país, peor aún, a la vida de aquellos que deben continuar, sin su ser querido o padeciendo las secuelas de un choque o una volcadura.