Como cada año, feligreses salmantinos realizan los preparativos para celebrar este 28 de octubre a San Judas Tadeo, a quien, como es costumbre, se entonarán “Las Mañanitas” en punto de las cero horas; patrón de las difíciles y desesperadas, adorado con gran devoción en gran parte del territorio mexicano, aunado a ello se celebrará una misa en su honor en las parroquias e iglesias de la localidad.
“San Judas es uno de los santos más populares, a causa de los muchos favores celestiales que consigue a sus devotos que le rezan con fe, admirables ayudas de Dios, especialmente en cuanto a conseguir empleo, casa u otros beneficios más, es un santo de los más queridos y a quienes los mexicanos más recurrimos por alguna causa difícil”, indicó Antonia Amézquita.
San Judas fue hermano del Apóstol Santiago, estaba íntimamente relacionado con nuestro Señor por su parentesco con San Joaquín y Santa Ana, padres de la Santísima Virgen, sobrino nieto de estos dos santos, es a la vez sobrino de María y José, de donde resulta ser primo de nuestro Señor Jesucristo.
San Judas es conocido principalmente como autor de la Carta de su nombre en el Nuevo Testamento. Carta probablemente escrita antes de la caída de Jerusalén, por los años 62 al 65; en ella, denuncia las herejías de aquéllos primeros tiempos y pone en guardia a los cristianos contra la seducción de las falsas doctrinas, así mismo habla del juicio que amenaza a los herejes por su mala vida y condena los criterios mundanos, la lujuria y “a quienes por interés adulan a la gente”; anima a los cristianos a permanecer firmes en la fe y les anuncia que surgirán falsos maestros, que se burlarán de la Religión, a quienes Dios, en cambio, les tiene reservada la condenación.
La devoción a San Judas Tadeo comenzó en el siglo XIX en Italia y España, luego se extendió por América Latina y en México, sobre todo por los jóvenes y personas de escasos recursos económicos.
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Muchos de quienes asisten a estas festividades suelen cargar por las calles una imagen en bulto del santo, así como obsequiar ofrendas a los asistentes al templo.