En lo alto de un cerro árido ubicado en la comunidad de El Estanco, en la zona norte de Salamanca, vive José Zacarías Robles Rivera, un hombre de 89 años y quien se ha dedicado a sembrar árboles desde hace más de seis décadas; no por nada algunas personas que conocen su historia le han llamado “El Lorax de Salamanca”, el personaje del libro infantil escrito por Dr. Seuss y quien según la historia hablaba en nombre de los árboles.
La historia de José Zacarías Robles es un testimonio de perseverancia y amor por el medio ambiente, aunque no está exenta de desafíos.
La tierra donde José Zacarías Robles ha intentado plantar sus árboles no es fácil, pues está ubicada en un cerro en la comunidad de El Estanco, en donde la zona es pedregosa y requiere un esfuerzo extra para permitir que los árboles echen raíces.
"He trabajado en hacer vereditas para que llegue el agua hacia los arbolitos, además tengo una zanja y un tinaco, pero necesito una manguera para que el agua pueda filtrarse y redireccionarse hacia los arbolitos", explicó don José Zacarías.
Además, contó que cada piedra removida, es una batalla ganada en su guerra contra la sequía y la infertilidad del suelo.
"Recuerdo cuando empezamos con la reforestación nos donaron más de cinco mil árboles. Lamentablemente, muchos se secaron por falta de cuidado", comentó José Zacarías con nostalgia en sus ojos.
A pesar de los obstáculos, él no se rindió. Recientemente invirtió más de 10 mil pesos en árboles frutales como duraznos y magueyes, con la esperanza de verlos florecer en su tierra.
Los árboles fueron adquiridos con la ayuda de su nieto, quien se encargó de la compra. Sin embargo, la falta de lluvias ha sido un obstáculo constante.
"Acá no ha sido tan constante las lluvias y ha sido complicado, porque si no llueve, no se recuperan los mantos freáticos y no podemos establecer maíz, sino sorgo que es el que más resiste", señaló.
La falta de lluvias en la región ha sido su mayor adversario, por ello, José Zacarías ha construido vereditas y zanjas para guiar el agua hacia sus árboles, quitando piedras del camino que obstaculizan el crecimiento de las raíces.
"Necesitamos que el agua llegue a cada árbol. He comprado mangueras y motores pequeños para regarlos", agrega con una sonrisa de satisfacción por los pequeños logros alcanzados.
Su pasión por sembrar árboles no se detiene. "Dicen que los árboles atraen la lluvia. Quiero crear un clima adecuado aquí para seguir plantando vida", compartió con esperanza en su voz, mirando hacia el futuro con optimismo a pesar de los desafíos presentes.
José Zacarías Robles es un ejemplo de tenacidad y amor por la naturaleza, pues a sus 89 años sigue luchando por hacer de su tierra un lugar más verde y próspero. Su historia es un recordatorio de que cada árbol plantado es una semilla de esperanza para las futuras generaciones.
La historia de José Zacarías es una inspiración para todos. Enfrentando sequías, suelos difíciles y costos elevados, ha demostrado que la dedicación y el amor por la naturaleza pueden superar cualquier obstáculo. Su deseo es que más personas se sumen a la causa de la reforestación y que programas de apoyo lleguen a quienes, como él, están dispuestos a dar todo por un futuro más verde.