La pasión por patinar, el amor a sus hijos y el anhelo de hacer de su entorno un mejor lugar en el que los niños y niñas puedan jugar, realizar actividades deportivas que les permitan convivir sanamente lejos del sedentarismo por tecnología o el riesgo de caer en adicciones; impulsó a Josué López y Armando Mendoza a rescatar del olvido el jardín de Nativitas, espacio que poco a poco han tras formado en un lugar seguro para los pequeños del barrio más antiguo de Salamanca.
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Amigos desde su adolescencia e infancia, Armando y Josué comparten el gusto por el patinaje, actividad que han inculcado a sus hijos, sin embargo, la falta de un espacio en dónde practicar de manera segura, los orilló a crear las condiciones idóneas para ello, de esta manera tomaron la determinación de rescatar el jardín de su barrio, un lugar que por mucho tiempo se dejó en el abandono, hoy gracias a su esfuerzo e iniciativa no sólo son sus hijos los que pueden patinar libremente, pues se han sumado alrededor de 30 menores que ruedan hacia un mejor futuro.
“Desde nuestra juventud a nosotros nos gustó este tipo de actividad, la patineta, patines, bicicleta y este tipo de deportes, ahora lo hemos transmitido a los niños esa idea de divertirse y convivir de manera sana, lo que ha sido una cadenita empezamos dos y se nos han sumado poco a poco, hoy somos más de 30 (…) los padres de familia están contentos con el trabajo que se hace con sus hijos y que ellos mismos hacen en equipo, les gusta verlos felices, esto no es un negocio, simplemente lo hacemos para que se entretengan de esta manera y no andén haciendo cosas que no deben, gracias también al apoyo de la gente”, declaró Armando.
Por su parte, su compañero señaló que este lugar se encontraba abandonado, con fallas en el alumbrado, maleza e incluso inseguro, situación que poco a poco han podido revertir con el trabajo en equipo que han hecho los menores y el apoyo de sus padres para tener un espacio en donde pueden divertirse.
“El lugar estaba muy quemado y ahorita lo hemos recuperado, lo único que nos afecta son los carros que pasan por aquí, yo creo que con este tipo de actividades se puede rescatar la colonia, empezamos con la idea de pintar, vamos hacer también algunos dibujos, es un trabajo de todos ha habido muy buena respuesta de los niños, se desenvuelven mejor, tienen más confianza en ellos mismos y anhelan a más, por eso todos los niños que quieran venir a practicar aquí son bienvenidos”, externó Josué.
Para seguir adelante con este proyecto, los amigos del barrio buscarán poder acceder a algunos apoyos dirigidos exclusivamente a los pequeños participantes como equipo de protección y algunas rampas más, en tanto ellos seguirán apoyando esta actividad e incluso ayudando a conseguir sus patines a los pequeños que no tienen oportunidad de ello.
Un deporte de bajo impacto
La Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda el ejercicio aeróbico para fortalecer los huesos, reducir el riesgo de depresión y mantener el sistema cardiorrespiratorio y muscular en forma, lo que en resumen puede definir al patinaje.
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Su práctica es ideal para quemar grasas y por tanto, adelgazar, se fortalecen los músculos del tren inferior, por el esfuerzo que conlleva cada impulso. Pero esculpir piernas y glúteos no es la única bondad del patinaje, mejora la circulación sanguínea y la respiración, al tiempo que aumenta la resistencia, la agilidad y la flexibilidad y combatir el estrés.