Julio Alfredo Ortiz del Ángel, de 70 años, es un ejemplo para la población salmantina de crear conciencia y responsabilidad ambiental, pues siempre busca mantener en buen estado las áreas verdes de su colonia y varias partes del municipio, además de tener como ideal principal la reforestación de la ciudad a través de la plantación de árboles frutales para mejorar la calidad del aire en Salamanca.
Para don Alfredo la edad no es impedimento para tratar de rescatar las áreas verdes de Salamanca, y aunque el tiempo pareciera que está en contra, eso sólo lo motiva para establecer un objetivo plantar 200 árboles en un año y continuar con la limpieza del jardín de su colonia.
Su labor la comenzó hace cuatro años con la limpieza y reforestación de la calle Pluripartidista hasta la avenida Faja de Oro. Hoy en día su principal anhelo es heredar a las futuras generaciones de la colonia Villareal, un jardín limpio y llena de árboles frutales para que los puedan disfrutar.
“La idea es plantar frutales de todo tipo: limones, guayabos, higos, manzanas, aguacates, mangos y duraznos en este lugar (…). Quisiera que la vida me alcanzara para lograr ver a los niños arriba de los árboles cortando mangos y que cuando lleguen a sus casas, sus mamás les digan que ya vienen todo manchados por andar cortando mangos, eso es para lo que quisiera tener tiempo para verlo”, expresó con una gran sonrisa dibujada en su rostro.
Sus conocimientos de jardinería los ha obtenido gracias a la práctica constante de esta actividad, pues antes de reforestar y limpiar su ciudad, llegó a realizar esta misma acción en otros lugares donde le tocó trabajar, no obstante, como todo acto que se realiza de corazón, su noble labor también se ha visto empañada por la falta de agua que le ha impedido alcanzar su tan añorada marca de establecer 200 árboles por año.
Es por ello que en diversas ocasiones se ha acercado a presidencia municipal, para solicitar que se les otorgue una pipa de agua, herramienta que le ayudaría a agilizar su trabajo; “se trata de una pipa que lleva muchos tiempo arrumbada y dañada que he solicitado en varias ocasiones para poder regar los árboles, desafortunadamente no se me ha dado respuesta, pese a que me comprometí a repararla”, explicó.
No obstante, esta situación jamás lo ha llevado a desistir de continuar con esta hermosa labor, pues incluso su ejemplo ha inspirado a los habitantes de la colonia Villarreal, quienes en más de una ocasión se han sumado a su loable trabajo.