Desde hace tres generaciones la familia Ramírez Cárdenas, mantiene vivo el oficio de la peluquería, una tarea nada sencilla a lo largo de más de siete décadas en las que se han adaptado a la “modernización” de los servicios como el surgimiento de estéticas y barberías, sin embargo, aún se mantiene en el gusto y preferencia de los salmantinos que buscan sus servicios de los padres, hijos y primos que mantienen viva está tradición, que desde la época prehispánica ha jugado un papel importante dentro de las culturas, mismo que se heredó al México contemporáneo y moderno.
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El oficio de la familia Ramírez Cárdenas inició hace más de siete décadas en la calle Morelos, en dónde a la edad 18 años, Alejandro y sus hermanos comenzaron a desarrollarse como peluqueros al lado de su padre, a lo largo de este tiempo la ubicación del negocio familiar cambio al menos en tres ocasiones para luego llegar al local donde actualmente ofrecen sus servicios en la calle Sánchez Torrado, entre Abasolo y Aldama, a unos cuantos pasos del mercado Tomasa Esteves.
“Yo tengo 36 años y medio en esto, comencé en 1987, en los cuales he aprendido mucho, justo hoy le corté el cabello a un niño con capacidades diferentes, a mí me da mucha satisfacción porque muchos colegas no quieren realizar el corte porque los niños llegan a moverse mucho, pero para mí deja más atender a un niño especial que a un niño que se mueve mucho, patalea y llora”, relató Alejandro.
A pesar de la "innovación" que se ha presentado en el oficio con el surgimiento de estéticas y barberías, los peluqueros se mantienen en el gusto y preferencia de un sector de la población de mediana edad y algunos jóvenes que son llevados por sus padres.
“Muchos clientes prefieren la peluquería clásica, no la barbería, la barbería es otro tipo de servicio (…) nuestro trabajo sigue siendo igual, lo único que cambia es el tipo de cliente, a nosotros nos visitan más personas de mediana edad hacia arriba, jóvenes son muy pocos porque creen que no sabemos hacer sus cortes, pero fueron con los que nos enseñamos a trabajar hace 60 años, la única diferencia son los productos que se aplican”, consideró.
En este contexto, el peluquero externó que actualmente el servicio es menos demandado por los jóvenes debido a que, “creen que no sabemos ciertos cortes, lo que en si no nos enfocamos son en las grecas o hacer dibujos, una situación que no vemos relevante porque muy poca gente lo va pedir, es mejor enfocarse a los cortes que más pide la gente”.
Respecto a cómo se inició en este oficio, luego de que sus padres lo enviaron junto a su hermano a estudiar a la ciudad de Irapuato; “al principio nuestros padres nos mandaron a estudiar a Irapuato, mi hermano y yo tenemos la carrera de estilismo, pero nos enfocamos a la peluquería tradicional, porque los barberos no utilizan los mismos utensilios y técnicas”, recordó.
En cuanto al futuro de este oficio, Alejandro afirmó que es próspero, al citar el lema de su padre, “niño que nace, de perdida una vez al año se va cortar el cabello”, entonces va creciendo la población y va creciendo la demanda del servicio”, concluyó.