Como cada año familias salmantinas se dieron cita a los diferentes templos de la ciudad, para la bendición del niño Dios, tras 40 días acostado en el pesebre, cuyo acto simboliza la purificación de la virgen María.
Realizar la bendición de imágenes del niño Dios, para algunas católicas como es el caso de Susana Ortega, es la manera más correcta para culminar con toda la temporada decembrinas y es por eso que cada 2 de febrero acude al Señor del Hospital, para la bendición de las imágenes del niño Dios, lo que también representa la purificación el feligreses.
“Es por su levantamiento y se bendicen aquí todos los niños por el 2 de febrero, Día de la Calendaría, yo apenas tengo 4 años haciendo esto y me gusta cuando se llena toda la parte del altar de niños se ve muy bonito, pero, también representa la fé y a través de ello él nos bendice, su misa tiene que ser lo principal, porque a veces nada más pensamos en que se debe de llevar los dulces, y ya, pero, debe de ser primordial traerlo a su levantamiento”, explicó.
Parte del ritual para levantar al niño Dios que se lleva a cabo durante el Día de la Candelaria el 2 de febrero, consiste en retirar la figura pesebre; vestirlo y llevarlo a bendecir a misa. La tradición dicta que para levantar al niño Dios se tiene que hacer una oración junto con toda la familia, aunque hay quienes optan por rezar un rosario para dar inicio al ritual.
Los padrinos del niño Dios son aquellas personas que fueron designadas para acostar la imagen en el pesebre la Nochebuena del 24 de diciembre.
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Regularmente los padrinos suelen ser miembros de la familia, quienes, llegado el Día de la Candelaria, deben vestir al niño Dios con ropa nueva y llevarlo a misa.