El obispo de la Diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, dijo que el Irapuato actual debe tomar el ejemplo de las y los irapuatenses que lograron levantarse de la inundación de 1973 como un ejemplo de resiliencia y unión y replicarlo en la actualidad para seguir impulsando un mejor municipio.
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Durante su rueda de prensa dominical, el obispo de la Diócesis de Irapuato consideró actualmente se requiere ese espíritu de solidaridad que se vivió hace 50 años tras la inundación ocurrida en 1973 que colapsó al municipio y que sólo con la unión y el trabajo en conjunto de todas y todos se pudo poner de nueva cuenta de pie.
Enrique Díaz Díaz destacó la importancia de ser una ciudadanía comprometida, pues aseguró que la formación de las y los irapuatenses a sido el cimiento para construir la ciudad que actualmente es Irapuato.
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“Yo estoy sorprendido de cómo Irapuato se ha levantado, de una destrucción casi completa, pero necesitamos seguir en ese espíritu de solidaridad, cuando ve uno todas las fotos de aquél tiempo, cuando escuchas todas las historias y las narraciones de cómo se apoyaron y ayudaron y cómo resurgió Irapuato, dice uno, qué fuerza tiene nuestra ciudad”, agregó Enrique Díaz Díaz.
Por tal motivo, el obispo de la Diócesis de Irapuato llamó a las y los irapuatenses a seguir unidos, ser empático con el prójimo, así como tomar de ejemplo a los irapuatenses de hace 50 años que sin temor enfrentaron una de las situaciones más difíciles que ha enfrentado el municipio en conjunto para seguir adelante y en comunidad llevar a Irapuato a un mejor futuro.
“Ojalá nunca perdamos ese sentido de comunidad fuerte que frente a un peligro grande todos podemos unirnos, todos podemos trabajar y olvidarnos del individualismo”, agregó el obispo de la Diócesis de Irapuato.