En camiones, en camionetas, algunos más en vehículos particulares, otros a pie e incluso hubo quienes hasta en taxi, pero los más de tres mil migrantes que integran la caravana “Éxodo” llegaron a Irapuato.
Salieron por la madrugada de Querétaro. No sabían cómo, pero sabían que su siguiente destino era Irapuato, pues a pesar de que se había dicho que la caravana migrante podía tomar la carretera federal 57, la que pasa por San José Iturbide y que va con rumbo a San Luis Potosí, finalmente decidieron que la mejor opción para llegar a Guadalajara era pasar por Irapuato.
A los irapuatenses no los tomó desprevenidos la caravana, pues desde la noche del viernes comenzaron a llegar los primeros migrantes centroamericanos y el gobierno municipal así como el gobierno estatal estaban listos con el refugio temporal que habilitaron para que los más de tres mil migrantes que se encuentran en el centro del país llegaran a Irapuato.
Primero llegaron mil 200 migrantes. Llegaron en seis tráilers que tomaron en la caseta de cuota Querétaro-Celaya, donde pedían a los transportistas los acercaran a Irapuato. Y así, como pudieron, comenzaron a acomodarse en los tráilers, para seguir su camino, tras haber hecho escala en Querétaro.
Alrededor de las 11 de la mañana comenzaron a llegar los primeros migrantes centroamericanos. La Policía Vial de Irapuato montó un operativo junto con Protección Civil para comenzar a guiar a los centroamericanos que iban llegando. Y es que la llegada de migrantes comenzaba a intensificarse, pues algunos llegaban por el Libramiento Norte, otros más por el Libramiento Sur y hubo incluso algunos que llegaron por la carretera libre a Salamanca.
A su llegada al Centro DIF Vasco de Quiroga, los migrantes centroamericanos comenzaron a acomodarse entre las jardineras que hay en ese lugar. Algunos montaron casas de campaña, otros sólo adecuaron la colchoneta que les fue proporcionada junto con una cobija y cuando tendieron el lugar donde dormirían, empezaron a buscar qué comer. Para entonces, un grupo de Cáritas de la Diócesis de Irapuato ya estaba listo con la comida para los migrantes. Tortas, atunes, sándwiches, naranjas, agua de jamaica, agua potable, manzanas, guayabas fueron parte del menú que los migrantes pudieron comer en su llegada a Irapuato.
Hubo quienes aprovecharon que hacía sol para lavar la ropa que llevaban puesta en una toma de agua que había en el lugar. Otros, incluso, como pudieron, se bañaron con el agua de esa llave que otros usaban para tomar.Más de 100 voluntarios irapuatenses y extranjeros, como los activistas en pro de los derechos humanos que viajan con la caravana migrante, comenzaron brindar la atención a los migrantes que llegaban.
La Secretaría de Salud de Guanajuato dispuso de seis consultorios móviles, donde a cada migrante le preguntaban cómo se sentía, si tenía alguna complicación en su salud o padecimiento. Hasta la tarde del domingo, 437 migrantes fueron atendidos por síntomas de gripe. Además, una mujer embarazada fue trasladada al Hospital Materno Infantil, pues presentaba malestar y había sospechas de un posible aborto.
Cansancio y sólo eso se refleja en el rostro de cada uno de los migrantes que llegaron a Irapuato. Para ellos, lo más complicado ya pasó. Hay algunos, como Wilbur Velez, de Nicaragua, que ya han atravesado México en varias ocasiones que han cruzado hacia Estados Unidos y dicen que cuando llegan a Irapuato es que están a la mitad del país y prácticamente han librado lo más peligroso, como consideran a la zona sur del país por donde pasan.
Los propios migrantes no saben cuánto tiempo estarán en Irapuato. Unos quieren salir el lunes mismo hacia Guadalajara, otros dicen que primero tienen que llegar a León y otros dicen que seguirán sólo si les facilitan camiones y transporte y en caso contrario se quedarían en el municipio. La autoridad municipal calcula que los migrantes podrían quedarse dos días más en Irapuato.
Mientras tanto, en las colonias aledañas al Centro DIF Vasco de Quiroga, como Morelos, Hacienda la Virgen, Rancho Colón, Colón o Expo Fresas se pueden ver a migrantes a la mitad de las calles, pidiendo monedas a los conductores que circulan por la zona.
La caravana migrante llegó. Están a la mitad de su camino por México. Sus integrantes dicen que quieren llegar a la frontera, a Tijuana, para poder pasar hacia Estados Unidos y otros más planean desde esa ciudad comenzar con su trámite para pedir asilo en territorio estadounidense. El futuro es incierto, pero para muchos la única seguridad que tienen es que no regresarán más a su país del que huyeron por temor a perder la vida.