A diferencia del rechazo y los rumores respecto a que la flor de cempasúchil ha dejado de ser mexicana, floricultores locales aclararon que si bien se ha incluido semilla híbrida de procedencia extranjera, sus flores son un producto 100% nacional, no de origen chino o estadounidense, ya que se cultivan y trabajan en suelo mexicano. “El trabajo se realiza por manos mexicanas, el suelo es el de nuestro país, su flor se usa para nuestras tradiciones. Creemos que no es válido el decir que es una flor china; la semilla sí es extranjera pero se trabaja y se cultiva con el esfuerzo de familias mexicanas”, defendió Manuel Hernández, floricultor.
En este contexto, explicó que, a diferencia de la semilla nativa, la híbrida está diseñada para reducir el tiempo de cultivo, así como el volumen de agua que se requiere para el desarrollo de la planta.
“Normalmente la tierra tenemos que empezar a trabajar con unos meses de anticipación, para aprovechar la humedad que dejan las lluvias de julio y agosto. Se necesitan alrededor de tres o cuatro meses para que la planta se desarrolle y la podamos cultivar para dar color a esta bonita tradición que es la del Día de Muertos”, puntualizó.
Respecto a las diferencias de las flores nativas y las de semillas extranjeras, Manuel compartió que la flor conocida como Marigold su tallo es más pequeño entre 25 y 35 centímetros, además de que las tonalidades de sus pétalos son más intensas y variables, mientras que la flor nativa su tallo puede llegar a medir un metro de longitud y tener más presente el característico aroma de esta flor.
El cultivo de flor de cempasúchil y mano de león comienza desde el mes de julio. En este tipo de siembras, los agricultores llegan a invertir de 500 a mil pesos para establecerla, flor que únicamente se desarrolla después de la época de lluvias. En México se estima existen alrededor de 35 especies de la flor, siendo los estados de Guanajuato, Hidalgo, Michoacán y Estado de México los que cuentan con las mejores condiciones de suelo y clima para su producción.