JARAL DEL PROGRESO, Gto.- Existe una variedad de dulces típicos elaborados artesanalmente. La elaboración de los tradicionales productos mexicanos forma parte de la riqueza culinaria que ha trascendido desde la época prehispánica hasta nuestros días.
Con la conquista de México y el asentamiento de los españoles se dio una fusión de culturas. La indígena se mezcló con las nuevas costumbres, tradiciones y sabores. Esto generó todo un espectro en el arte culinario, incluyendo los dulces típicos que en la actualidad prevalece en la cocina gourmet como postres o como consumo de ocasión.
Luis Ortega Maciel, es un productor de dulces típicos mexicanos originario de este municipio y que, junto con su familia emprendieron este negocio familiar que ha ido fortaleciéndose desde principios del año 2000.
“Mi hermana empezó hace el negocio desde hace aproximadamente 50 años y cuando ella murió agarramos el negocio y tenemos ya como 19 o 20 años”, recordó.
Esther Ortega de Esquivias fue la emprendedora original del negocio, precisamente en este municipio dónde se ha vuelto emblemático el dulce de guayaba conocido también como rollo de guayaba, que ha ido evolucionando en sabor y mezcla de frutas.
Ortega Maciel, hombre recio de edad avanzada, luce fuerte a sus más 76 años ed edad y acepta la entrevista en el local de su negocio donde está agregado el pequeño taller para la elaboración de los dulces.
De los dulces que se fabrican, el original, el mero mero, es el rollo de guayaba. Nomás que ahora hacemos rollo de guayaba con nuez, con piñón y con tamarindo. También fabricamos el ate de guayaba, de membrillo, de tamarindo y de frutos rojos...El jamoncillo de leche, las cocadas y los garapiñados.
El negocio permite generar hasta diez empleos, la mayoría de integrantes de la propia familia que hacen todo tipo de actividades, desde la producción artesanal hasta la venta en mostrador.
Dentro del catálogo de elaboración de productos, también fabrica vino de membrillo típico de Pátzcuaro, Mechoacán, bebida alcohólica con sumo de esta fruta a la que se le añade azúcar y aguardiente para después envasarse y dejarse macerar por al menos tres meses.
Casi es pura familia la del negocio, dice el artesano del dulce. Tres mujeres y el que muele para el dulce de guayaba y “mi sobrino Rafael, que va nada mas a ayudarles”.
Otro de los productos que fabrica de manera artesanal es la cocada, dulce típico de México y que se distingue por el sabor que adquiere luego de ser horneado. “Esta se prepara con coco rallado, azúcar y yemas de huevo, que al ser horneadas como paso final, adquieren su característico sabor y crujiente textura”.
México como país, tiene una gran variedad de dulces típicos y la manera en que se preparan se va heredando de generación en generación, siendo uno de los más tradicionales el rolo de guayaba.
Muchos están hechos a base de los más variados ingredientes como frutas, nueces y semillas, por lo que existen también un catalogo de sabores y texturas como las palanquetas, hechas con nuez o con cacahuate; las cocadas, los variados dulces de leche; los jamoncillos, los tamarindos enchilados o salados; todo tipo de frutas cubiertas como calabaza, chilacayote, higo, piña y naranja.
El cronista fray Francisco de Aguilar, testigo de la fastuosas mesas del emperador azteca Moctezuma hace alusión a los platillos que se le servían. "También tenían su lugar las ranas, los ajolotes y toda una rica variedad de tortillas que mucho agradaron a los conquistadores. Les servían también toda clase de frutas locales y de todas las regiones.
Capítulo especial era el de la variedad de postres, entre los que mencionamos: elotes endulzados con mieles, chapulines, miel de abeja, caña de maíz; frutas, mamey, zapote negro, zapote blanco, chicozapote, chirimoya, pitayas, tejocotes, capulines y tunas".
Fue así, como con base en estos productos naturales endémicos fueron evolucionando los dulces desde la época prehispánica, mezclándose la tradición española y dando origen a los productos refinados de hoy en día.
Los negocios de dulces típicos mexicanos no ha sido ajeno a la crisis económica derivada de la pandemia por Covid-19 y les impactó fuertemente hasta caer al 30%. “Trabajamos uno o dos días a la semana”, pero ya va pa´rriba”.
Actualmente el mercado se ha expandido a Celaya, Irapuato y por paquetería a Guadalajara, México, Monterrey y otros estados del país.
Expresa que “realmente no es mucho lo que se envía fuera, pero todo el cliente que nos pida que le mandemos, le mandamos desde 10 kilos en adelante”.
Es típico que en estos establecimientos, generalmente también se comercialicen las llamadas charamuscas, originarias del estado de Guanajuato. Dulces tradicionales mexicanos elaborados a base de piloncillo con leche, coco y nuez.
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