/ miércoles 7 de agosto de 2024

No es una canastilla, es una estación hidrométrica ubicada en los puentes gemelos de Salamanca

En mediciones antiguas se marcaban los soportes de puentes u otras estructuras

Instalada en el costado oriente de los puentes gemelos se encuentra una canastilla, que forma parte de una de las más de dos mil estaciones hidrométricas, con las que cuenta la Comisión Nacional del Agua (Conagua), para medir el caudal y la velocidad del agua en los ríos, además de la extracción por obra de toma de las presas; misma que por más de cuatro décadas ha sido operada por Remigio Acosta, quien compartió a través del El Sol de Salamanca parte de su labor e historia.

El aforador compartió que en este lugar se recaba información hidrométrica, que es de suma importancia para la gestión del recurso hídrico del país, cuyos datos se adhieren al Banco Nacional de Datos de Aguas Superficiales (BANDAS), para ello, Remigio debe subir a la estructura de metal que se ubica en el bordo sur, para abordar la canastilla móvil y posicionarse a mitad del cuerpo de agua, en donde con ayuda de un molinete puede medir la velocidad y nivel que presenta el río Lerma, un trabajo que aunque desconocido debe ser realizado en dos ocasiones, por la mañana y la tarde.


En este aspecto explicó que lo que uno hace es sacar el aforo, que consiste en medir el volumen del agua, de un extremo a otro, saber cuál es el nivel que lleva, para determinar cuántos metros cúbicos son los que pasan diariamente, “los 365 días del año se tienen que hacer las mediciones, recopilar todos los datos y hacer el reporte correspondiente a la Conagua”, destacó.
Sin embargo, en Salamanca existen zonas en las que aún se mide el nivel del Lerma a la manera antigua, con marcas en los soportes de los puentes que lo cruzan; es precisamente en una de estas estructuras ubicadas en el libramiento sur, en donde se pueden apreciar las marcas cuyo nivel máximo en esa área es de poco más de cinco metros, sin embargo, la automatización de las estaciones permite tener una mayor continuidad de datos y reducir errores por factores humanos, pero en cambio requiere mayor especialización en la instalación, operación y mantenimiento de los instrumentos.


Originario de Pátzcuaro, Michoacán, Remigio Acosta llegó a residir a la ciudad de Salamanca a los 17 años de edad, dónde comenzó a laborar, formó su familia y aún continúa colaborando en su oficio de aforador, día a día se puede observar realizar su importante labor, que ayuda a monitorear el comportamiento del Lerma, sobre todo en la temporada pluvial, en la que los escurrimientos y desfogues de presas derivan en constantes variaciones de caudal.

Instalada en el costado oriente de los puentes gemelos se encuentra una canastilla, que forma parte de una de las más de dos mil estaciones hidrométricas, con las que cuenta la Comisión Nacional del Agua (Conagua), para medir el caudal y la velocidad del agua en los ríos, además de la extracción por obra de toma de las presas; misma que por más de cuatro décadas ha sido operada por Remigio Acosta, quien compartió a través del El Sol de Salamanca parte de su labor e historia.

El aforador compartió que en este lugar se recaba información hidrométrica, que es de suma importancia para la gestión del recurso hídrico del país, cuyos datos se adhieren al Banco Nacional de Datos de Aguas Superficiales (BANDAS), para ello, Remigio debe subir a la estructura de metal que se ubica en el bordo sur, para abordar la canastilla móvil y posicionarse a mitad del cuerpo de agua, en donde con ayuda de un molinete puede medir la velocidad y nivel que presenta el río Lerma, un trabajo que aunque desconocido debe ser realizado en dos ocasiones, por la mañana y la tarde.


En este aspecto explicó que lo que uno hace es sacar el aforo, que consiste en medir el volumen del agua, de un extremo a otro, saber cuál es el nivel que lleva, para determinar cuántos metros cúbicos son los que pasan diariamente, “los 365 días del año se tienen que hacer las mediciones, recopilar todos los datos y hacer el reporte correspondiente a la Conagua”, destacó.
Sin embargo, en Salamanca existen zonas en las que aún se mide el nivel del Lerma a la manera antigua, con marcas en los soportes de los puentes que lo cruzan; es precisamente en una de estas estructuras ubicadas en el libramiento sur, en donde se pueden apreciar las marcas cuyo nivel máximo en esa área es de poco más de cinco metros, sin embargo, la automatización de las estaciones permite tener una mayor continuidad de datos y reducir errores por factores humanos, pero en cambio requiere mayor especialización en la instalación, operación y mantenimiento de los instrumentos.


Originario de Pátzcuaro, Michoacán, Remigio Acosta llegó a residir a la ciudad de Salamanca a los 17 años de edad, dónde comenzó a laborar, formó su familia y aún continúa colaborando en su oficio de aforador, día a día se puede observar realizar su importante labor, que ayuda a monitorear el comportamiento del Lerma, sobre todo en la temporada pluvial, en la que los escurrimientos y desfogues de presas derivan en constantes variaciones de caudal.

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