Con 172 años de antigüedad, el panteón de las Flores es uno de los sepulcros con mayor historia en Salamanca; hoy con más de siglo y medio encima su capacidad obsoleta, nos recuerda que los años no pasan en vano, actualmente en su edificación es notable el deterioro por el clima y el paso del tiempo, aunque antes de este santo sepulcro hubo varios más que hoy han pasado a la historia.
De manera recurrente en relatos populares, las personas que ciertos lugares de la ciudad había o hubo cementerios, principalmente en escuelas y templos, sin embargo, algunos de ellos si existieron en realidad.
Los panteones
La historia cronológica de los panteones en Salamanca, antes Xidoo en el año 1500-1550 surgió la primera capilla construida de paja y adobe, donde los difuntos eran sepultados en el área perimetral del atrio del templo o dentro de la aldea de San Juan de la Presa.
En el año 1565 nació el panteón templo expiatorio, para el año 1650 surgió el panteón capilla de Nuestra Señora de San Juan Chihuahua (hoy san Gonzalo); en el año 1655 panteón capilla de Nativitas, ahora la colonia Nativitas, al igual que en 1656 surgió el panteón Antigua Parroquia de San Bartolomé. (Hoy llamada Parroquia Antigua).
Fue el 31 de julio de 1859 que en Veracruz se expidió la Ley de Secularización de los Cementerios, dentro del conjunto de leyes que conocemos como de la Reforma. En el caso de Salamanca, Guanajuato, y en general del Estado de Guanajuato, hubo la necesidad que el Gobierno Imperial notificara, por escrito la necesidad de retomar específicamente, la Ley de Secularización de Cementerios.
En 1850 formalmente el panteón las Flores comenzó a funcionar para enterrar una de las epidemias más fuertes que golpeó a la entonces Villa de Salamanca, ante la inmensidad y gran número de muertos que surgieron por esta causa se dice que los primeros cuerpos se arrojaban a una fosa sin saber el nombre; y desde entonces se ha encontrado lleno de historias y leyendas, que enmarcan a tan conocido cementerio, que recibe a miles de visitantes durante todo el año, sin embargo, a partir del 31 de octubre al 2 de noviembre, las visitas aumentan.
Este camposanto, guarda un sinfín de historias entre los difuntos que yacen en esta tierra salmantina, con tumbas algunas viejas y olvidadas y otras tal vez más nuevas y restauradas, se le asignó el nombre de Las Flores a un costado del barrio de San Roque, existió uno más pequeño llamado con este nombre Barrio las Flores, sin embargo, dicho barrio hoy en la actualidad ya no existe.
Como un dato histórico, en este antiguo panteón se tenía una costumbre propia de la época porfiriana, al dividirse en dos partes el lado izquierdo para los pobres, en tanto el lado derecho para los ricos.
Su leyenda
De acuerdo con la historia reciente, se cuenta sobre una niña que se aparecía por las noches cerca de este campo santo, en una ocasión un taxista que trabajaba por la noche, al ir circulando por las calles oscuras de la colonia San Roque, ubicó a una niña caminando sola, por lo que se detuvo y la pequeña abordó la unidad, pidiendo la levara a casa con sus padres, en los departamentos de la calle Aldama.
Al llegar a su destino, la menor bajo de la unidad, sin embargo, no se dirigió a los departamentos, si no a una de las bardas del panteón por la cual trepo con un movimiento que asemejaba el de una araña, horas más tarde el conductor del taxi presento complicaciones en su salud que terminaron con su vida debido a la impresión.