Preocupan a Iglesia ataques como los de Jerécuaro y Acámbaro

Enrique Díaz Díaz hizo hincapié en el miedo y la inseguridad que han generado estos atentados en la población

Fátima Arton / El Sol de Irapuato

  · domingo 27 de octubre de 2024

Terrorismo, se refería al miedo que provocan estos actos, la inseguridad que se siente y cómo parecen debilitar a las autoridades. / Fotos: Jesús Gutiérrez / El Sol de Irapuato.

El obispo de la diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, expresó su preocupación por el impacto que ha tenido en la población los recientes ataques con coches bomba en los municipios del estado de Guanajuato, Jerécuaro y Acámbaro, ocurridos el pasado 24 de octubre, pero aseguró que entiende la postura de las autoridades al no querer utilizar el término terrorismo para evitar una intervención por parte de Estados Unidos.


El obispo recordó la necesidad de que las autoridades no se limiten a enfrentar los síntomas de la violencia.


“Yo entiendo a las autoridades que busquen no utilizar el término 'terrorismo' en un sentido técnico y estricto, porque en países como Estados Unidos, si se dice que hay terrorismo en alguna parte del mundo, pueden intervenir. Al decir que hay terrorismo, nos colocaríamos en una situación muy complicada y difícil”.

A pesar de este enfoque, Enrique Díaz Díaz hizo hincapié en el miedo y la inseguridad que han generado estos atentados en la población y reiteró la importancia de que la sociedad en conjunto trabaje para encontrar soluciones que lleven a la paz.


Enrique Díaz Díaz hizo hincapié en el miedo y la inseguridad que han generado estos atentados en la población.


"Cuando decía terrorismo, me refería al miedo que provocan estos actos, la inseguridad que sentimos y cómo estos hechos parecen debilitar a las autoridades. Nos encontramos en la impotencia frente a situaciones como las bombas y las muertes, y esto nos obliga a seguir buscando caminos de justicia y paz", explicó.

El obispo recordó la necesidad de que las autoridades no se limiten a enfrentar los síntomas de la violencia, sino que vayan más allá, atacando las verdaderas raíces del problema.

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Mientras no se ataquen las raíces, mientras sigamos poniendo como valor el poder, la corrupción, la mentira y el dinero, no podremos resolver de fondo estas situaciones”, afirmó, ya que, para el obispo, estos valores se han colocado por encima de la vida y el bienestar de las personas, lo que ha agravado la situación de violencia.